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Vecinos de El Terreno buscan devolver el "esplendor" al barrio

Johnny Guitar y Pepe Marroig, en la plaza Gomila, frente a los restos del popular Joe´s. Guillem Bosch

­Le llaman Johnny Guitar. Ha nacido en Deià pero desde los 3 años su paisaje diario se dibujó entre s´Aigo Dolça y la plaza Gomila. Lleva medio siglo residiendo en El Terreno. A Pepe Marroig sus amigos le agradecen que haya abierto el clásico de Joan Miró, La Polka. Sobrino del Soldado Marroig, que dio nombre a una calle de este barrio que fue después cambiada por el de Enric Fajarnés. Ambos representan a un núcleo de residentes y restauradores que creen firmemente que "El Terreno puede y debe recuperar su pasado esplendor".

Para ello han creado una plataforma que ya ha contactado con el Ayuntamiento. Desde el departamento de rehabilitación de Cort, se está pulsando la opinión vecinal para detectar los principales problemas y los que juzgan que su solución debe ser inminente. "No han dicho que hay fondos procedentes de Europa que podrían ser destinados a alguna de las actuaciones en el barrio", indica Guitar.

Entre las urgencias, casas que están a punto de caer y otras que presentan un aspecto "ruinoso" como el edificio en el que se alojó el Joe´s, uno de los centros de la vida nocturna de Palma.

"Hace dos años, cuando abrí La Polka, el alcalde vino porque es polkero. Hablé con él del abandono del barrio como el club Natación Palma, o los jardines de la Quarentena, donde el bar lleva meses cerrado", comenta Marroig.

Ellos quieren sumar esfuerzos aunque se muestran críticos con la asociación de la zona porque "está muy paralizada", señala Guitar. Él considera que El Terreno podría volver a tener su anterior animación, por eso, van a potenciar las travesías a nado desde Can Barbarà al dique del Oeste, o las carreras de coches antiguos y las proyecciones de películas al aire libre.

Conscientes del problema que tienen los vecinos a la hora de estacionar su vehículo, la plataforma lanzará la vieja idea de reclamar que "se haga un aparcamiento en el barrio, en algunos de los solares que están abandonados", apunta Johnny Guitar.

La zona, que fue eje de la vida nocturna de Palma, está ahora prácticamente desértica. Se mantienen algunos locales resistentes o abren otros. Marroig tiene claro que "es importante también cuidar el tema de los horarios porque te puedes divertir sin necesidad de molestar a los residentes".

El que fuera barrio literario por haber sido lugar de residencia, aunque fugaz, de algunos escritores como Gertrude Stein, Camilo José Cela y Rubén Darío, entre otros, cuenta con incondicionales que siguen creyendo que "algún día" volverá a deslumbrar. "Eso sí, con luz propia. No queremos que sea como Santa Catalina", puntualiza Johnny Guitar.

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