El escrito remitido a la fiscalía el pasado mes de julio por el gobierno municipal de Mateo Isern tras detectar presuntas irregularidades en el sistema neumático de recogida de basuras, no solo afecta a actuaciones realizadas en los mandatos del exalcalde Joan Fageda, sino que también puede salpicar la gestión de Catalina Terrassa, exteniente de alcalde y presidenta de Emaya en tiempos de Catalina Cirer.

En el escrito remitido por Andreu Garau al fiscal se narra que cuando faltaban pocos meses para la finalización del mandato de Cirer, en febrero de 2007, Emaya autorizó la ejecución de un aval de 240.000 euros a favor de Urbaser, una de las dos empresas que formaban la UTE adjudicataria de la recogida neumática, un sistema que ha colapsado a los diez años de su funcionamiento cuando debía durar 30. Se justificó el pago de este aval a Urbaser y no a Envac, puesto que la primera empresa era la encargada de realizar la obra civil de la instalación, trabajos que, en principio, no habían provocado problemas.

El escrito de Garau incluía asimismo, documentación relativa a la contratación de la obra. Envac había reconocido a raíz de la demanda presentada en la que se le reclama una indemnización de 26,5 millones que había redactado el proyecto que posteriormente Emaya había aprobado y puesto a licitación siendo la única empresa que se presentó al concurso y lo ganó.

Asimismo, se ha comprobado que el deterioro de las tuberías metálicas se ha producido porque no se les aplicó el sistema de protección estipulado en el contrato, aunque han aparecido certificaciones que indican que este trabajo sí se habría pagado.

Fuentes de la fiscalía indicaron que, en relación al escrito presentado por Emaya el pasado mes de julio, aún no se ha ordenado ninguna actuación, puesto que en estos momentos se está investigando otro asunto denunciado en 2013 relacionado con una presunta malversación del exjefe de administración de la empresa, que fue despedido por tener intereses en otras compañías.