"El protocolo debe ser revisado en profundidad y, si queremos ir más allá de la legislación nacional, debemos ser realistas". Esta es una de las medidas que propone el informe interno realizado por la Policía Local de Palma sobre el presunto trato de favor recibido por Guillermo Mascaró, número 2 de la concejalía de Seguretat, tras un accidente de tráfico. El atestado policial consideró leve el siniestro, pese a que un motorista había sufrido una fractura de cadera, por lo que el mando policial no fue sometido al test de alcoholemia. La investigación interna concluye que no hubo trato de favor, ya que los agentes que intervinieron no detectaron en él síntomas de que se encontrase bajo los efectos del alcohol.

La Policía Local de Palma tiene desde julio de 2013 un protocolo de actuación que establece que en todos los casos de accidentes graves se llevará a cabo la prueba de alcoholemia de los implicados. Esta norma es más rígida que el Reglamento General de Circulación que, según el informe interno, establece que los agentes podrán practicar la alcoholemia en accidentes graves, pero no impone la obligación de hacerla si no existen síntomas.

El mismo informe interno revela que, a pesar de la obligatoriedad establecida en el protocolo, en la práctica no se lleva a cabo esta prueba a todos los implicados en accidentes. De acuerdos con las cifras presentadas en el documento, de los 1.359 accidentes con heridos ocurridos en Palma entre mayo de 2013 y julio de 2014, hubo 146 casos en los que no se practicaron etilometrías, lo que representa más de un 10%.

Fuentes policiales explicaron que, muchas veces, la ausencia de la prueba se debe a la limitación de medios de la Policía. Apuntan, por ejemplo, la posibilidad de que el agente que interviene en el siniestro no lleve consigo el etilómetro. Si no aprecia indicios de conducción bajo los efectos del alcohol en el conductor implicado, es posible que no solicite la intervención de otra patrulla con el medidor y descarte la prueba.

El informe policial hace hincapié en que ninguno de los agentes que intervinieron en el siniestro detectaron en Mascaró síntomas de ingesta de alcohol.

La conclusión de la investigación interna es que la actuación policial de los agentes que intervinieron en el siniestro fue correcta y que Mascaró no recibió ningún tipo de trato de favor, que no existió un delito de lesiones imprudentes y que la estimación como leve del accidente "no puede considerarse incorrecta" en ese primer momento, "dada la inexistencia de lesiones visibles"

El accidente ocurrió el pasado 24 de julio. El coche conducido por Guillermo Mascaró se saltó un ceda el paso en la barriada de es Vivero y colisionó contra un motorista, que sufrió una fractura de cadera. A pesar de ello, el siniestro fue calificado como "leve" por el policía que realizó el atestado.