­Las compensaciones por impedir el trabajo de los pescadores ya son conocidas por el sector. Una de las últimas que recibieron fue en el año 2009 cuando se instaló el gasoducto submarino por parte de la Empresa Nacional del Gas (Enagás).

La empresa se comprometió a resarcir a los marineros por el lucro cesante. Según el convenio que firmaron, Enagás pagó el 30% del promedio de la facturación, tomando como base los ingresos de cada barca en los tres años anteriores. La indemnización se prolongó desde el primer hasta el último día del tendido de la tubería.

La compensación fue solo del 30%, ya que la instalación del gasoducto les impidió trabajar en buena parte de la bahía. No obstante, pudieron continuar faenando en zonas lejanas, aunque pescaban menos cantidades.

En aquel caso, los pescadores recuerdan que fue la compañía que causaba el perjuicio la que se dirigió de antemano a la cofradía para negociar la compensación. De momento, los pescadores de Palma aseguran que la junta directiva del club náutico del Molinar solo les ha pedido su apoyo al proyecto, sin tratar en ningún momento la posibilidad de que les abonen las pérdidas ocasionadas por las reformas del club.

En total, unas sesenta embarcaciones de Palma, Andratx y Eivissa se vieron afectadas por los trabajos y, por tanto, estuvieron incluidas en el acuerdo económico. En el caso de la ampliación del Club Marítim Molinar de Llevant, solo afectaría a las embarcaciones de artes menores de Palma, que suponen un pequeño porcentaje respecto al ejemplo de 2009.