La iglesia de Sant Miquel acogió un año más la misa solemne en honor a la Mare de Déu de la Salut, que constituye uno de los actos centrales del programa de fiestas de la patrona de Palma. La ceremonia estuvo presidida por el prior de la Sang, Lluc Riera, al encontrarse de baja el obispo, Xavier Salinas. Durante el oficio, se bendijeron las obras de reforma realizadas en la parroquia para subsanar las grietas que afectaban la estabilidad de la cubierta.