La Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma advierte de la subida de cuotas a los socios que se producirá en el caso de que el Club Marítim Molinar de Llevant ejecute el proyecto de ampliación presentado el jueves. El presidente de la entidad, Joan Forteza, afirmó ayer que el canon anual que el club debe pagar a la Autoritat Portuària aumentará, como mínimo, hasta los 80.000 euros. A ello habrá que sumar el incremento de los impuestos y el número de empleados, además del coste del mantenimiento de las nuevas instalaciones, que multiplican por cuatro el puerto actual.

El portavoz vecinal duda de la capacidad económica para pagar las nuevas cuotas de "unos socios que son clase trabajadora, clase media, con una embarcación pequeña que no tiene nada que ver con los barcos de 15 metros que habrá en los futuros amarres. ¿Cómo soportarán el elevado importe del canon?, ¿el socio de siempre tendrá que vender su amarre por no poder pagar las cuotas?", se preguntó Forteza. Y auguró "una profunda división entre los nuevos socios, los ricos, y los de siempre".

El Club Marítim Molinar de Llevant ha explicado sobre su proyecto que el coste de las obras, nueve millones de euros, será sufragado con la venta de los nuevos amarres, aunque no ha detallado qué ocurrirá después. Según pronosticó el presidente de la Federación de Vecinos, "se tendrán que ir los socios de toda la vida y el nuevo puerto, estilo Miami Beach, será para gente que no reside en el Molinar", tal como lamentó.

La plataforma en contra de la ampliación, Salvem el Molinar, reiteró ayer su oposición frontal al proyecto del club y anunció que está dispuesta a utilizar "todos los recursos administrativos y judiciales disponibles con el fin de paralizar su ejecución hasta que se demuestre claramente su legalidad con la documentación acreditativa y los dictámenes que resulten necesarios".

Tanto la plataforma como el resto de entidades integrantes de la campaña ´Al Molinar, Port Petit´ calificaron la presentación pública de oscurantista, aunque aseguraron que "unos dibujos engañosos no pueden esconder la verdad, como un espigón que llega hasta los 240 metros en el mar, donde ahora no hay nada, tapará las visuales desde el paseo y supone un impacto inaceptable. La junta directiva del club ha cedido al interés especulativo y vuelve a presentar un proyecto de puerto que continúa atentando directamente contra la idiosincrasia del Molinar", mediante "la destrucción de uno de los lugares más emblemáticos y cargados de historia del barrio".

También criticaron a la junta por pretender vender "un nuevo espacio público, ofreciendo a la ciudadanía lo que ya dispone", en referencia a la azotea del nuevo edificio que albergará la sede del club y un restaurante. "Tenemos mucho paseo, no necesitamos pasear por una terraza solarium", como destacaron.

La asociación proteccionista ARCA, que forma parte de ´Al Molinar, Port Petit´, estableció una ilustrativa comparación: "con el primer proyecto nos querían amputar dos piernas y con este quieren amputarnos una y media y que encima estemos alegres", en palabras de su portavoz, Àngels Fermoselle.

"Una porquería"

Salvem el Molinar calificó ayer de "desafortunada" la afirmación del presidente de la Autoritat Portuària, Alberto Pons, que dijo en la presentación que el actual puerto "es una porquería". La plataforma le recordó que lidera "el organismo que debería haber supervisado la gestión del concesionario del puerto (el club), así como el mantenimiento de las instalaciones".

Según el portavoz del grupo municipal Més, Antoni Verger, las declaraciones de Alberto Pons "demuestran que actúa al dictado y servicio de determinados grupos de presión que quieren especular y ganar dinero con la ampliación de puertos como el del Molinar, en lugar de defender el interés general como cargo público que es". Respecto a este, Verger reconoció que "necesita una remodelación, pero no tiene por qué consistir en construir un puerto nuevo cuatro veces más grande que el actual".

Para el PSOE, "todo proyecto tiene que cumplir con tres condiciones: garantizar el consenso ciudadano, la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente en el litoral, y la idiosincrasia del barrio del Molinar". Y recordaron que "el pleno de Cort acordó delimitar un Área de Régimen Especial (ARE) que preserve la idiosincrasia de la barriada".