­Después de introducir el merchandising en las oficinas de información, la Fundació Palma 365 está a punto de lanzar un nuevo producto: una tarjeta turística que integra entradas a museos y edificios históricos, tiques de transporte público y descuentos en comercios, restaurantes y establecimientos de ocio.

Este tipo de abonos está disponible desde hace años en otras grandes ciudades turísticas, aunque hasta la fecha era inexistente en Ciutat. La tarjeta se llamará Palma Pass y tendrá una validez máxima de 48 horas. Costará 34 euros y saldrá a la venta entre mediados de octubre y principios de noviembre.

Durante esos dos días, los turistas podrán aprovechar los beneficios y descuentos de forma ilimitada. También tendrán opción de viajar en bus gratis para desplazarse entre los enclaves culturales o bien de obtener descuentos en el bus turístico o el servicio público de alquiler de bicicletas Bicipalma. Incluso se permitirá el acceso a los polideportivos municipales.

Barcelona, Madrid, Valencia Sevilla, Zaragoza o Bilbao son algunas de las ciudades españolas que ya disponen de este paquete turístico. A nivel internacional, también es un producto muy extendido en lugares como Londres, París, Berlín o Nueva York.

En todos estos destinos la empresa Neoturismo se encarga de ofertar las tarjetas turísticas. Esta compañía madrileña también será la responsable de la Palma Pass, ya que el pasado mes de mayo resultó vencedora del concurso público organizado por la fundación. Su contrato durará dos años, prorrogables por otros dos más.

Neoturismo será la encargada de negociar con los museos, comercios, restaurantes y otras empresas que quieran aparecer en la Palma Pass, aunque la Fundació se reserva el derecho de vetar alguna de las ofertas si considera que es inadecuada.

Cort no avanzó la lista de todos los establecimientos incluidos, aunque sí que estarán todos los lugares de gran interés turístico, como la Almudaina o la Seu, y todos aquellos que pertenecen o que están participados por el consistorio, como el castillo de Bellver, la Fundació Pilar i Joan Miró o el museo de Es Baluard. A ello habrá que añadir un mínimo de 30 bares y restaurantes y otros 20 museos o edificios culturales.

El Ayuntamiento no pagará nada por el servicio, sino que recibirá un canon anual y una cuantía variable en función del número de tarjetas vendidas. Los ingresos obtenidos se destinarán integramente a la promoción turística de la ciudad.

El lanzamiento de la tarjeta estaba previsto para este verano, pero la Fundació Palma 365 optó por retrasarlo a la temporada baja. De esa forma, podrán hacer pruebas y comprobar que el abono funcione correctamente de cara al estío de 2015.

La Palma Pass utilizará un chip sin contacto como el de la tarjeta ciudadana, lo que le permitirá ser compatible con los lectores de los buses de la EMT. Todos los negocios dispondrán de un aparato similar para leer las tarjetas. De esa forma, los turistas que compren la Palma Pass tendrán la ventaja adicional de poder saltarse las colas de espera.

Otra tarjeta de 24 horas

Aparte de la modalidad de 48 horas, la Fundació Palma 365 también ha lanzado una versión ligeramente más barata: 24 horas a cambio de 28 euros. La única diferencia entre ambas es el número de viajes gratuitos de bus que incluye. Mientras que la de dos días permite diez trayectos, la de un solo día incorpora cinco. En caso de que funcione, se plantean crear una tarjeta de 12 horas para cruceristas y otra de tres días.

La Palma Pass se podrá comprar en todas las oficinas municipales de información turística, en los establecimientos adheridos y también a través de internet.