Una información de este periódico en la que se daba cuenta de la decisión del consejo de administración de Emaya de despedir a los dos responsables del taller "por no haber alcanzado los objetivos señalados cuando fueron contratados" desató las iras del gerente de la empresa, Pedro Campaner, contra uno de los ya exempleados. En la misma información se daba cuenta del hecho de que desde la contratación de los dos despedidos un año antes "Emaya ha ahorrado más de 700.000 euros", cifra que era desmentida por la empresa afirmando que "una cosa es ahorrar y la otra no hacer el trabajo". Los ex responsables del taller anunciaban que estaban estudiando la presentación de una serie de documentación ante la fiscalía en la que, a su juicio, se ponía de manifiesto la existencia de una serie de irregularidades en el funcionamiento de este departamento entre las que señalaron "el abono de facturas por trabajos no realizados", otra cuestión desmentida también por la empresa. Según el denunciante, su despido se debió a que hallaron una serie de cuestiones en el funcionamiento de los talleres que calificó de "incómodas" para la actual dirección. Entre ellas relató el hecho de que las dos empresas que se encargaban del cambio de los neumáticos de la flota de la empresa "ponían ruedas que no estaban en el contrato de suministro", señalando que en la sección de barredoras "instalaban neumáticos de segunda marca, cuyo precio es de 20 o 30 euros y cobraban a Emaya 100".