En la lucha contra la proliferación de mosquitos la prevención es imprescindible si se quiere combatir con efectividad el fenómeno. En el Pla de Sant Jordi se dan una serie de circunstancias que dificultan el control de la plaga, como son el abandono de las zonas cultivadas y la inutilización del agua del subsuelo, con la consiguiente subida del nivel freático. Lo anterior provoca, a su vez, que sea más fácil que se formen charcas con abundante materia orgánica, lo que asociado a una subida de temperatura provoca la eclosión de los huevos. En estas condiciones, si bien la utilización del Bacilus es eficiente, algunas voces indican que solo alcanza el 30 por ciento de efectividad.