A la espera de la licitación que abra las puertas a la tercera y última fase de reforma del Casal Balaguer, sus arquitectos -María José Duch y Francisco Pizá y Eva Prats y Ricardo Flores­- han recibido una perla: la inclusión de su proyecto en la inminente Bienal de Venecia de Arquitectura. Comparte distinción con proyectos de Carme Pinós, Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña en una exposición colectiva, Arquitectures empeltades, comisariada por Josep Torrents i Alegre.

La inclusión de la reforma del Casal Balaguer en la Bienal de Venecia supone ser visible en una vitrina de eco internacional que en esta edición atiende la idea de su comisario, Rem Koolhass, de que "el modelo arquitectónico vigente, fruto de una asimilación a nivel mundial en que las características locales han sido sacrificadas en nombre de una modernidad malentendida, está agotado".

Tercera y última fase

La reforma del Balaguer, un casal del siglo XVIII y que durante años fue la sede del Círculo de Bellas Artes, arrancó en 2008 con el cambio de cubiertas, la construcción de una escalera interior y la solución a los problemas de filtraciones, y que ha ido al compás de encontrar la financiación ajustada al dinero recibido de Europa a través de los fondos Feder.

En la actualidad, tal y como explica el arquitecto Francesc Pizá, se está en la fase de "acabados" en planta baja, planta noble y fachada. Se preve concluir este dilatado proyecto a mediados del próximo año, tras once meses calculados para ejecutar su última fase. En total, el coste de la reforma asciende a 6 millones de euros, una cantidad superior a la inicialmente preestablecida debido a los hallazgos de restos arqueológicos y diferentes problemas técnicos y estructurales en el edificio no contemplados en un primer momento. Entre ellos, la aparición de un aljibe y de pintura medieval que está previsto mostrar a los visitantes del casal.

La idea es, tras una profunda reforma, recuperar el patio tras la eliminación de los muros que lo empequeñecían y ensombrecían. Los arcos de la parte izquierda del patio lucen ya desgajados de unos muros que parecían cabestrillos.

La idea de esta reforma, que se inició en la cubierta porque había serias sospechas de peligro de derrumbe en alguna de sus partes, es regresarlo al uso y disfrute ciudadano con una planta noble que será casa museo, y que albergará exposiciones en la cubierta y en un lateral despejado y abierto en la izquierda del patio recuperado. Tanto en la parte de rriba como en planta baja se van a instalar terrazas con cafeterías. El presupuesto global asciende a 6 millones de euros.

Originariamente, este casal situado en la calle Unió, se le conoció como cal Marqués del Reguer; el nombre del Balaguer se debe al músico Josep Balaguer que, propietario del edificio, lo cedió al Ayuntamiento de Palma con la condición que permitiera al Círculo de Bellas Artes tener un espacio.