El intendente jefe de la Policía Local de Palma, Nicolás Herrero, puso fin ayer a más de tres décadas de servicio. A sus 65 años, Herrero se despidió del cargo destacando la "enorme transformación" del cuerpo a la que ha contribuido, "pasando de una policía autoritaria o una mucha más democrática y profesional".

Nacido en 1949 en Sábada, un pueblo de la provincia de Zaragoza, Herrero se licenció en Ciencias de la Educación y empezó su carrera profesional como funcionario del ministerio de Trabajo en 1978. Ese año fue destinado a Mallorca, donde empezó a trabajar en un centro de orientación profesional del INEM.

Con la llegada a Cort del socialista Ramon Aguiló, recibió el encargo de seleccionar al personal para la promoción cero de la Policía Local de Palma. "Se hizo una revolución en lo que era la Policía Municipal, adoptando el modelo anglosajón de agentes sin armas y muy cercanos a la población", explica Herrero. Fue entonces cuando se creó la Escuela de Policía y se postuló para ponerla en marcha debido a su formación como pedagogo. "Sacamos varias promociones de agentes y en 1984 se convocó una plaza de oficial y la aprobé. Ahí empecé a trabajar ya dentro de la Policía Local", recuerda Herrero. Poco después quedó vacante la jefatura de la Policía Local de Logroño y se presentó. Fue escogido, pero finalmente no tomó posesión del cargo y decidió quedarse en la isla. Dos años después aprobó la oposición a subinspector.

Con la llegada al poder del primer Pacte de Progrés, en 1999, fue nombrado jefe de Seguridad de la conselleria de Interior, donde permaneció toda la legislatura. El popular José María Rodriguez le anunció que no seguiría en el puesto y en 2003, con Catalina Cirer en la alcaldía, regresó a la Policía Local. El entonces regidor de Seguridad Ciudadana, Álvaro Gijón, apostó por él y en 2005 fue nombrado comisario jefe. La socialista Aina Calvo le mantuvo en el puesto y en 2007 obtuvo la plaza de intendente jefe. Con el regreso a Cort del PP en 2011 fue sustituido por Antonio Vera y quedó relegado de sus funciones. Sin embargo, la suspensión de Vera por el presunto amaño de las oposiciones en septiembre pasado le llevó a liderar de nuevo la Policía Local. "Ha habido muchos vaivenes políticos", resume Herrero.

Ayer colgó el uniforme destacando la "gran transformación" que ha sufrido el cuerpo en todos estos años. "El cambio desde que yo entré ha sido cuantitativo y cualitativo. Hemos pasado de 350 a 800 agentes y se ha profesionalizado mucho", asegura con satisfacción.