Los pronósticos se cumplieron, el santo se mojó y le bailó al agua. En petit comité, Sant Sebastià rompió aguas. Se veía venir, aunque hizo arrumacos y dio alguna que otra tregua. No hubo cancelación del programa musical porque los escenarios ya están preparados para contingencias y están asegurados ante inclemencias. El tiempo ilustra y a veces la experiencia enseña. Palma olió a carne quemada aunque sonó en sordina. El cartel tampoco era para tirar cohetes así es que entre los unos y lo otro, la Revetla de 2014 fue comedida. A juego con los tiempos.

Solo el cabeza de cartel arrebató a la peña: Raimundo Amador convirtió la plaza de la Reina en la ídem de la fiesta. Y eso que no sabía a dónde iba. Lleno total con Bulleré. El de Pata Negra volvió a comerse el escenario y puso al cante a su hermana Carmen. Los retrúecanos a la guitarra y las ganas de echarse un bailecito propiciaron que lo mejor de la noche no quedara pasado por agua. Demasiado Arte gitano para ´cuatro gotas´. Fue el alma y el cuerpo de la Revetla.

Ya la habían dejado preparada los de la Casa de Andalucía, entregados como pocos, que pusieron en danza a los primeros cien de la plaza de la Reina. Unas gitanas enfundadas en su traje de leoparda no se saltaban ni un compás.

No muy lejos, en la plazoleta de la Lonja los Jazz Finger caldeaban el ánimo al público más cosmopolita de la Revetla. Entre el veterano local de la Lonja y los foguerons se asentaron nórdicos, algunos integrantes de los barcos del puerto. Los temas estándar sonaban de maravilla con los de Llucmajor, sobre todo la trompeta de varas y el saxo.

Caía el agua mansa y bajo los soportales chorreaba el cerdo. En la iglesia de Santa Eulàlia se concluía el oficio y una pareja sacaba de entre sus bártulos la llonganissa torrada en un fogueron cercano. En el frente del templo, se bailaba algún tema étnico mientras las camisetas verdes de Crida quedaban empapadas. Los de Més concentraron a los suyos donde siempre, igual que los de Esquerra solo que este año la plaza no tuvo escenario. Como no lo tuvo la de Sant Francesc. Muy solo se quedó Junípero. La Revetla de 2014 se ha cepillado de cuajo dos de las plazas más veteranas de la Revetla. Así sin más.

Sant Kanut

Llevamos unos años que no ganamos para sustos. A cada fiesta, su pequeña polémica como la vivida con Sant Kanut, el alternativo del baile que estuvo a punto de quedarse en el limbo porque a los del Ayuntamiento no les parecía oportuno que las más de 3.000 personas que congregó el santo el pasado año estuviera desasistido en seguridad. El eco de la red se zanjó con Cort asumiéndola. Anoche no eran ni trescientas las personas que andaban por la zona de Portella, en el Parc de la Mar. Por más que encendiera los ánimos los Potopop con el periodista Gaby Rodas con faldas y a lo loco.

Si en Cort cantaban la versión de Los Rodríguez Hace calor, bajo los soportales de la plaza del Rosario se festejaba a Nieves con Estopa por su 50 aniversario. "Cort nos ha dado permiso", aseguraba uno de los invitados al guateque de Revetla. Si algo tiene el sant Sebastià de los tiempos de recortes es que frente a programas oficiales de tres al cuarto, los bares se lo montan por su cuenta y programan conciertos de altura. "Lo mejor de Sant Sebastià fue La Vereda, que no actuó en la Revetla sino el día previo en el bluesville", opinó Salvador Bonet.

En la plaza Joan Carles I la presencia de público fue tímida. Ni con los decibelios de los Freak Fantasy se logró calmar el aguacero. Hubo alguna plaza como la de Santa Fe que se lo montaron en plan verbena. Los nuevos dueños del bar, Julio Aguilar y Adrián Teixeila invitaron al grupo Che Brothers a marcarse algún rock melódico muy suave.

Una Revetla de distancias cortas que pese a no contar con un programa musical de altura, salvo excepciones, salió al paso. Fueron pocos, pero bien avenidos.

Lo mejor

El ánimo de los asistentes

Pese a que todo llevaba a quedarse en casa, los que se hicieron a la calle se merecen un diez por salir contra viento y marea. Algunos escucharon sin paraguas.

Lo peor

La pestilente pastilla de carbón

El encendido rápido de los fogueron a base de la pastilla de carbón deja la ciudad con un olor insoportable y pese a que muchas digan que son ecológicas, parecen altamente tóxicas.