­Los comerciantes históricos de Son Gotleu aseguran que se puede sobrevivir en uno de los barrios que más se han degradado en los últimos años. "Hace 35 años que llevamos el bar. La vida en el barrio al cambiado por completo, pero nosotros seguimos aguantando", afirma Ricardo Bernat, del bar Can Bernat. Su madre, Antònia Pomar, añade que la gente que les respeta, porque llevan toda la vida ahí, así que no tienen problemas en su negocio. Bernat agrega que "el Ayuntamiento debe poner un tope y debe mejorar la convivencia, pero llevamos un año sin saber nada del alcalde".

Otros comercios de Son Gotleu aseguran que el consistorio hace tiempo que no se preocupa por ellos. Así lo corrobora Moisés Mora, de la Asociación de Comerciantes de Son Gotleu, que está adherida a Pimeco. Regenta una clínica dental y dice que la presencia policial "deja mucho que desear".

Pablo Ribas, de la tienda de ultramarinos VR, lleva 15 años en el barrio. Comenta que hay tres supermercados en sus alrededores, pero que "los jubilados que llevan 50 años en la zona siguen comprando en la tienda", así como algunos de los inmigrantes recién llegados.

Vicenç Alemany es farmacéutico y ha apostado por remodelar su local. "Aquí cuesta más vender que en el centro de Palma. Casi todo lo que facturamos son medicamentos de la Seguridad Social, y casi nada de parafarmacia", apunta.

La experiencia de María José es más dramática. Tenía una agencia de viajes en Tomas Rullan y, tras 32 años en la zona, ha tenido que abandonar el barrio y trasladarse a Pere Garau. Así está cerca de sus antiguos clientes, pero lejos de los problemas. "Allí no se puede estar. Cada día tenía que llamar a la policía. Y es imposible traspasar o vender el local, porque nadie lo quiere", opina.