El servicio de Parques y Jardines de Cort ha detectado en una calle de la Platja de Palma el primer ejemplar de palmera de la especie washingtonia afectado por el picudo rojo.

Se trata de una mala noticia para el patrimonio vegetal de la ciudad por cuanto hasta el momento esta enfermedad mortal provocada por el insecto Rhynchophorus ferrugineus afectaba a las palmeras de las especies canaria y datilera dejando de lado a los de whashintonia, cuyos ejemplares se caracterizan por disponer de un tronco en general más estilizado y las hojas más cortas que las de las demás y de forma palmeada.

Pese a lo anterior, no obstante, desde el departamento de Parques y Jardines de Cort afirman que la estrategia seguida hasta el momento para combatir la plaga va dando sus frutos y se ha logrado reducir su expansión en la ciudad.

De esta forma, aplicando el protocolo que incluye, además de la detección precoz, tratamientos preventivos y curativos, no se ha tenido que talar ninguna de las 22 palmeras canarias en las que se ha detectado la enfermedad este año. El dato contrasta con el recogido el año pasado según el cual este departamento municipal dependiente de la concejalía de Medio Ambiente, documentó la tala de 700 palmeras en Palma, tanto en el ámbito privado como en el público, afectadas por la plaga.

No obstante, pese a las inspecciones preventivas que se practican y a los tratamientos curativos, continúa la migración del picudo a otras especies de palmeras, puesto que en lo que llevamos de año se han dado 18 casos de datileras, que no habían sido tratadas en 2012 y que han tenido que ser sometidas a un cepillado intenso y tratamientos curativos posteriores. A lo anterior hay que añadir la detección del primer caso de afectación en un ejemplar de washingtonia.

Según los datos que obran en poder de Parques y Jardines, en estos momentos se ha constatado la existencia de 29.000 palmeras tanto en el ámbito público como privado vulnerables a la plaga, de las que Cort ha completado el censo y diagnosticado 15.000, notificando a los propietarios las medidas a tomar en función del estado de los ejemplares.

Del total de palmeras contabilizadas, 1.800 están situadas en calles o parques y jardines. Se calcula que si se tuvieran que sustituir todos los ejemplares públicos po runos nuevos como consecuencia de su desaparición debido a la plaga, el gasto a realizar superaría los cinco millones, de ahí la importancia de intervenir en la lucha contra la enfermedad.

Lo anterior, sin contar la pérdida paisajística que supondría para la ciudad ya que las alineaciones de palmeras se han convertido en la imagen que conforma la postal turística de enclaves de la ciudad como el paseo Marítimo o el de Sagrera.