Cae en mis manos un surtido de discos vendidos en la Casa Castellá de Palma. Cada pieza de baquelita pesa más que uno de los dispositivos electrónicos actuales. Un gramófono portátil de la marca Odeón, de los que vendía la tienda palmesana, pesa mil veces más que un IPad. Fundada en 1908 con sede en la Costa de Sant Domingo números 34 y 36, la Casa Castellá anunciaba un gran surtido de "máquinas parlantes" y su condición de agencia exclusiva para Balears de los acreditados discos Odeón y Fonotipia. Los propietarios mostraban sus dotes comerciales: "Para dar toda clase de facilidades al público en general, se ha establecido un nuevo sistema de venta, dando 20 meses de crédito". La información entrecomillada está extraída de las fundas de los discos.

"Con su mucha experiencia ha conseguido construir en sus talleres un verdadero y perfecto aparato parlante en sus varios modelos especialidad de la casa, voz clara y potente para cantos, recitados, bandas y orquestas, esmeradísima construcción". Castellá tenía un taller "para la compostura de máquinas parlantes". Entre su oferta se encontraban discos de aires regionales interpretados por los más famosos cantantes y bailables con las mejores orquestas. Además de un extenso surtido en discos de óperas, música, clásica, zarzuelas, películas, etc.

Entre ruidos del gramófono suena canción sudamericana, foxtrot, o tango. Cuplés cantados por Conchita Piquer. Boleros mallorquines grabados por la banda de Barcelona. Celia Gámez interpretando Si vas a París papá. También las voces de Antonio Machín, Imperio Argentina o Raquel Meller. La ópera suena en la voz de Miguel Fleta cantando I Puritani de Bellini o Rigoletto. La opereta llega de la mano de Elgar y La viuda alegre. Boleros. Zarzuelas. Angelillo lamenta ser un pobre presidiario... Casa Castellá llenó de música y, en consecuencia, de emociones los hogares mallorquines durante más de 70 años. A mediados de los 80 cerró sus puertas. Lo hizo antes de que llegara la piratería digital con su falso ideal de que el arte no debe costar dinero y asaltara lo que quedaba de la industria discográfica.