Ahora que está de moda entre los conservadores la autoproclamación de candidatos, el alcalde de Palma, Mateo Isern, está donde estaba y no ha modificado un ápice su planteamiento inicial. Para que repita en como cabeza de lista del Partido Popular, deben darse previamente dos requisitos, ambos imprescindibles, aunque insuficientes, ya que haría falta un tercer factor. En primer lugar, lo tiene que querer el partido de Palma y, en segundo, el president José Ramón Bauzá. Ambas premisas no parece que vayan a ser un obstáculo para su candidatura. José María Rodríguez no parece dispuesto a dar la batalla en contra del alcalde y apoyar a otro, entre otras cosas porque no tiene recambio. Una hipotética candidatura de Isern también cuenta con el apoyo de José Ramón Bauzá, persona que influyó decisivamente para que hace casi tres años decidiera dejar su despacho y sus negocios para dedicarse a la política. Cumplidas las dos premisas anteriores falta una tercera, que para Isern es la más importante, a saber: su decisión personal de continuar o de abandonar. Algo que en estos momentos, afirman sus más allegados, que aún no ha decidido.

Revuelo en Cort por la presencia de Armengol

Parece mentira, pero hay quien se extraña cuando ve a un político haciendo cola como los demás ciudadanos o esperando su turno para ser atendidos por el funcionario correspondiente. Algo que ocurrió ayer con la presencia de Francina Armengol en la planta baja del edificio municipal de Santa Eulalia, a la que acudió con el fin de empadronar en Palma a los dos niños saharauis que tutela. Desató todo tipo de comentarios ente los políticos de todo signo, incluido los de su partido, que la vieron en las oficinas municipales.