La Catedral como espacio escénico de una obra que se repite cada 11 de noviembre entre las 8 y las 8.30. Solo se requiere unas condiciones lumínicas nítidas que permitan que la luz que entra por el rosetón mayor se refleje bajo el rosetón de la fachada principal formando el 8.

El número cardinal ayer fue claro durante escasos segundos. No importó. Los centenares de curiosos, entre ellos muchos escolares, aplaudieron cuando el rosetón se dobló.

Si a lo largo del encuentro de los dos rosetones hubo claridad, el momento más esperado, el de la figura del 8 con los dos óvalos del templo fue mitigado porque el cielo se oscureció. Tan solo 30 segundos duró un 8 seguido por espectadores de todas las edades. Al verse, muchos de ellos no dudaron en aplaudir, aunque la mayoría trataba de inmortalizar este tránsito de luz fugaz. Móviles, iPads, cámaras y todo tipo de ópticas volvieron a captar el ´espectáculo del 8´.

Los que quieran volver a ver este fenómeno, que atrae no solo a curiosos sino a matemáticos, tendrán que esperar al 2 de febrero, festividad de la Candelaria, en la que el reflejo trasciende el templo y se puede ver el prisma luminoso en el exterior.

La tradición cristiana de octava dies hace referencia a la importancia de este número que es el llamado "tiempo de la eternidad" porque es la jornada añadido a los siete días de la semana.