"Más sufrió Cristo en la cruz" fue la respuesta que dio un representante del obispado de Mallorca a los vecinos de la calle Arxiprest Borràs número 23 del Coll d´en Rabassa a sus quejas por los ruidos generados por la pista polideportiva y el local de su propiedad. Lógicamente se quedaron sin palabras y extrañados por la poca sensibilidad demostrada por el representante eclesiástico ante un problema que afecta desde hace más de un año a un colectivo de más de 80 personas. Claro que no solo no han actuado los propietarios de la pista y del inmueble, tampoco lo ha hecho el Ayuntamiento ni la Policía Local alegando que el ruido generado por la celebración de un partido de fútbol o de futbito, aunque se juegue pasadas las doce de la noche no está regulado. Por lo visto el problema reside que en estas instalaciones propiedad del obispado, además de la práctica del deporte, también se realizan todo tipo de fiestas, con el consiguiente ruido que molesta a los vecinos más próximos. El problema ya se ha tratado en una junta de distrito a propuesta de la concejala socialista Maribel González.

Bauzá crea un problema a Isern con la ley de símbolos

La denominada ley de símbolos que se está tramitando en el Parlament con el fin de imposibilitar que la bandera cuatribarrada sea colocada en las fachadas de los edificios públicos incluidos los colegios, ya sea en forma de pendón, de lazo, de enseña o estandarte, puede provocar un problema morrocotudo a Mateo Isern. Para empezar, si no se modifica la redacción de la ley, Isern puede tener problemas para celebrar la Festa de l´Estendard tal como la conocemos actualmente. El denominado Pendón Real, que no es más que la cuatribarrada, se coloca en la plaza de Cort al inicio del acto y se retira después de la celebración del oficio solemne y de la lectura del poema de Pere d´Alcàntara Penya. También hay una cuatribarrada sin ningún añadido en una vitrina de la antesala de alcaldía, y el salón de plenos está lleno de escudos con los colores de la enseña de la antigua corona de Aragón localizados en los vitrales que adornan la estancia.