En la calle Llotgeta, el 2013 no cerrará oliendo a pan de leña. David Bordoy, el pastelero con una hoja de servicios impecable, cerró a los pocos meses. Triste, sí, pero la vida fluye y vuelve a haberla en un local que tiene más de doscientos años de existencia. Los hermanos Canals Salvá, Pedro y Ana, estrenaron este sábado Forn dels Encants, una tienda de decoración y regalos que es una suerte de baúl de los recuerdos. Hoy el vintage mola.

"En Palma, la oferta de objetos vintage es de alto standing, y con una estética más fría, en la que predomina el metal y muebles nórdicos. Me gustan mucho pero nosotros hemos apostado por algo más ecléctico y más asequible", señala Ana. Asoma por la puerta una vecina: "¡Guay del Paraguay!", les saluda. El vecindario sonríe la apertura. ¿A quién le gustan las pérdidas y los cierres?

Ni Ana ni Pedro tienen experiencia en los negocios. Ella es diseñadora gráfica y ha trabajado como directora de arte en la revista de Ana Rosa Quintana; él estudió Empresariales y estuvo empleado en una empresa alemana especializada en aislamiento térmico en edificios. Ambos decidieron dar un giro a sus vidas. Ella dejó Madrid. "Tengo dos hijos, y con Alberto (su marido), decidimos lanzarnos a la aventura. Hace tres años que regresamos a Mallorca", explica. Ana llevaba dieciocho años fuera, entre Madrid y Bilbao. Ahora ha hecho del "ponga una tienda en su vida" un leitmotiv laboral.

El trato con el propietario del Forn de Llotgeta, Fernando Albertí, heredero de la familia que abrió el horno en 1747, aunque hay quien le otorga el origen en tiempos de la Conquista, les animó a seguir con la idea de abrir este negocio en sa Gerreria.

"A mí me gustó enseguida, aunque yo estaba viendo otro no muy lejos de aquí. Casualmente, estaba el hijo del dueño y me enseñó el antiguo horno. Vi que era un lugar perfecto para montar la tienda", cuenta Pedro. Ana le mira de soslayo: "La verdad es que me convenció él porque cuando lo vi pensé que necesitaba mucho arreglo", confiesa. Ríe.

En el tiempo de las obras se han hecho con el barrio porque ambos residen en s´Arenal de Llucmajor. "Los vecinos han ido entrando. Preguntaban. No sabíamos que el horno fuera tan, tan conocido", señalan ambos. Al igual que ocurre con tantas reformas, ellos se llevaron un susto cuando una mañana leyeron en prensa que se había abierto expediente por las obras en el horno. "No dábamos crédito. Fuimos a hablar con los de ARCA, y al ver que manteníamos el horno y la antigua máquina de hacer galletas y respetábamos los elementos originales, se quedaron tranquilos".

Lo cierto es que con las obras que han hecho, el horno ha cobrado vida. Asesorados por el Es tudio di Verona, una tienda de decoración en Madrid, sobresale la estantería de madera iluminada creada por uno de sus dueños, Ángel Rodríguez. Sus proveedores son empresas españolas, holandesas, francesas y belgas.

Son conscientes que "nos queda mucho por aprender", aunque hijos de un conocido hotelero, Pere Canals, un pionero en s´Arenal -abrió el hotel San Diego o el Ayrón­-, y de Antonia Salvá, que regentó el Petit Bazar en esta zona turística de la Playa de Palma, es probable que la vena comercial sobresalga. De entrada regalan Palma con un Forn de Encants.