Tras la peatonalización que ya causó polémica y que ahora agrada a la mayoría, a la calle de Blanquerna le crece otro enano. Según un grupo de vecinas de la zona, las terrazas de bares y restaurantes acarrean problemas de "ruidos, suciedad e incivismo", lo que a su juicio está provocando "la degradación del barrio".

Las mesas y las sillas deben estar a medio metro de distancia del carril bici que cruza toda la calle de Blanquerna. No obstante, los residentes afirman que casi cada noche hay sillas y carritos de bebé que invaden la senda para ciclistas. Además, las pizarras y carteles publicitarios de los negocios salen fuera del espacio de las terrazas y ocupan el espacio para los peatones, algo que está prohibido según la normativa municipal.

Los ruidos son otra de las fuentes de problemas que más les preocupa, ya que algunos establecimientos colocan televisores mirando hacia la calle "con el volumen a tope", afirma Maria Antònia Rosselló, por lo que el ruido se adentra en sus domicilios. "La semana pasada un vecino nos comentaba que a se habían comprado unos cascos para poder oír la tele", asegura Maria Camps.

Según su testimonio, hay locales que lanzan las botellas de vidrio a los contenedores de reciclaje a la una de la madrugada, tras haber cerrado y limpiado el local. "El estruendo que causan los cristales no hay quien lo aguante", añade Rosselló.

Todas las vecinas que han emprendido esta lucha contra la degradación de Blanquerna han vivido entre 30 y 50 años en la zona. "Había terrazas y otros negocios de toda la vida que nunca habían molestado, pero ahora el barrio está más sucio que nunca", asevera Juana Le Foll.

Todas ellas se manifiestan a favor de mantener la calle peatonalizada. No obstante, piden al ayuntamiento de Palma que tome cartas en el asunto para controlar los casos de incivismo en la zona, muchos de los cuales achacan a algunos restauradores. "Se está rompiendo la convivencia en este barrio", añade Camps, quien explica que hay responsables de bares que la han amenazado tras fotografiar las infracciones que cometen.

Entre todas, han presentado una quincena de quejas a diferentes departamentos del consistorio palmesano para que se refuerce la vigilancia en determinados aspectos (estética de terrazas, seguridad ciudadana, suciedad, entre otros).

Esperan que la patrulla verde intervenga pronto para "solucionar el descontrol". "Lo que tienen que hacer es poner más multas y a eso no se le puede decir afán recaudatorio. Los incívicos se cabrearán cuando les sancionen, pero los cívicos no", opina Maria Eugenia Lozano.

Por último, el grupo de vecinas exige a Cort que no se olvide de las calles transversales y adyacentes a Blanquerna, donde dicen que la suciedad también se ha incrementado en los últimos meses.