El pasacalles de La Real inauguró ayer las fiestas de sant Bernat con la participación de la asociación cultural Realment cremats, la colla de Xeremiers realins, el grupo de bailadores Al-Riyad, Fora corda y el nuevo grupo que se integra este año: las bicicletas antiguas. Al llegar al monasterio tuvo lugar la misa y el pregón de las fiestas, a cargo del historiador Pep Barceló.

El paseo festivo se inició bajo la cruz que da entrada a Establiments a las 19.00 con el sonido de los petardos y los tambores. Pasaron por las principales calles de la barriada, como Joan Mascaró i Fornés, la avenida Cister y el Camí de la Real hasta llegar al monasterio de La Real, alrededor de las 20.00 de la tarde.

Hubo batucada y muchos dimonis. Por la calle cortada, solo se escuchaba la música y el saludo de los vecinos. Muchos, asomados desde sus balcones. Otros sacaban fotos desde la acera. En total, más de 100 personas. Llamó la atención el desfile de bicicletas de época que conducían los vecinos del barrio. La idea surgió de la comisión de fiestas de Sant Bernat, pero la organización de esta nueva propuesta la ha dirigido Jordi Cañelles, un vecino de La Real "de toda la vida".

Cañelles tiene 70 años y es propietario de la mayoría de las bicis que arregla y colecciona a modo de afición. Es un enamorado de los rastros donde busca bicis. Algunas llevan faros de carburo, o de aceite. El vecino cuenta que le propusieron llevar a cabo la idea hace aproximadamente un mes y que "no sabía como iba a responder la gente, pero al final ha sido un éxito". Han participado hasta 30 personas, muchas de ellas disfrazadas de época, con tirantes y sombreros.

"Los vehículos son aproximadamente de principios de siglo hasta los años 50. Son muy difíciles de encontrar, porque ya no se fabrican", cuenta Cañelles. De cara al año que viene, asegura que podrá prepararlo "mucho mejor", y que, sin duda, participarán más personas.

Tras la llegada del pasacalles al monasterio comenzó la misa. A las 22.00 de la noche tuvo lugar el pregón de las fiestas, a cargo de Pep Barceló, que hizo un repaso sobre la historia de los monjes del monasterio y del compromiso con el barrio. "Todos los que somos de aquí podemos dar testimonio de su dedicación completa a los problemas, penas y alegrías de todos los realinos y de los vecinos más cercanos y los enfermos de Son Espases". Por otro lado criticó "el ritmo vertiginoso que ha tomado la vida de hoy".

La romería de sant Bernat existe desde hace muchos siglos. "Según las crónicas, la ciudad de Palma quedaba casi vacía de gente de tanta que venía", afirmó Barceló. "Los mallorquines tenemos fama de individualistas y al mismo de tiempo de ser capaces de unirnos para hacer frente a las dificultades", añadió. Al historiador le gustaría que se recuperase ese sentido de comunidad. "Diréis que es una utopía, pero con buena voluntad, que es la única manera de poder caminar adelante todo el pueblo, nos podríamos proponer hacer posible esta manera de vivir", concluyó. Finalmente, la jornada se cerró con un recital de poemas.