Las papeleras están vacías, pero los suelos siguen sucios. En la plaza de Cort, los comerciantes se quejan de los servicios de limpieza porque los métodos utilizados no son los más correctos, y algunos aseguran que se han planteado poner una reclamación. Las principales zonas afectadas son Jaume III, el Born, la calle sant Miquel y la plaza del ayuntamiento.

"Pasan la sopladora y remueven todas las hojas y el polvo. Un rato después pasa un camión con agua, dejando todo enfangado", cuenta Silvia Ponts, de la panadería Ca na Cati. En comparación con años anteriores, la organización de turnos para la recogida de las basuras ha mejorado. Pero la limpieza de los suelos sigue siendo insuficiente, según los comercios.

"Alguna vez hemos barajado la idea de presentar quejas al Ayuntamiento", cuenta Ponts. La dependienta asegura que los servicios de limpieza no están bien planteados. "Limpiamos cada noches todos los cristales del local y por la mañana toca hacerlo otra vez porque han pasado la sopladora, y ensucian". Las trabajadoras del local se encargan de limpiar cada día la entrada de la pastelería. Destacan que no es cosa de verano, sino que en invierno "es igual". Ponts afirma que tienen otra pastelería en la calle Olms y que les ocurre "justo lo mismo".

El Born presenta uno de sus bancos roto, y algunas bolsas de plástico por el suelo. Una mujer pasa por su lado casi pisándola, sin darse cuenta. Para algunos de los comerciantes se trata de un fenómeno lógico y comprensible. "Es verdad que está sucio, pero hay mucho movimiento de gente y eso lo hace algo normal", afirma Andrea López, de la Pastisseria Son Ferriol. Además añade que "es imposible pasar una máquina con tanta gente bajando la calle". Para otros, sin embargo, "la culpa es de las personas". Pilar Pastor, de Niños Maju, piensa que se debería multar a quien ensucia la calle, igual que con las excrementos de perro.

Los suelos de Jaume III están llenos de colillas y chicles que parecen milenarios e imposibles de despegar. En la cafetería MDQ, limpian ellos cada noche porque el Ayuntamiento solo limpia la carretera, el hotel Almudaina igual.

"Colillero"

Los comerciantes de la zona tienen problemas de limpieza en cuanto a la división de la acera. De la entrada a la tienda hasta la acera que es pública y que comienza con las columnas, les pertenece a ellos. De las columnas a la carretera, al ayuntamiento. Pero por allí, aseguran, solo pasan un soplador. "Esto es un colillero todas las mañanas. La gente es muy curiosa, deja las colillas en las macetas. Igual que botellas, bolsas o clinex", cuenta Isabel Forteza, de Kogo.

Hace tres semanas que la asociación de comerciamentes envió una carta a todos los comercios de Jaume III para que quitaran los chicles. "Para eso sirven los impuestos, para complar sopladoras", asegura Forteza entre risas. Por otro lado, se queja de que este mismo año, entre los meses de febrero y marzo, despidieron a la barrendera que se ocupaba de la zona de Jaume III. "Fue despedida porque decían que iban a colocar máquinas, pero no he visto ninguna hasta ahora", concluye.