Alrededor de 2.400 personas trabajarán en los próximos dos años en la ampliación del centro comercial de Carrefour del Coll d´en Rabassa, después de que la gerencia de Urbanismo del ayuntamiento de Palma concediera ayer la licencia para unas obras que, según la empresa, comenzarán de forma "inminente".

Cuando la ampliación del complejo, cuyo nombre comercial será s´Estada, esté concluido se asegura que dará trabajo directo a 1.500 personas y de manera indirecta a otras 2.000.

La inversión prevista por Carrefour Property, filial inmobiliaria del grupo Carrefour en España en el Coll den Rabassa alcanza los 160 millones, de los cuáles, 120 corresponden a la inversión directa de la promotora, mientras que los 40 restantes se relacionan con la inversión de las distintas empresas que se prevé se instalen en el nuevo centro. Se calcula que las obras hayan concluido en 2015.

El nuevo complejo contará con una superficie construida de 170.000 metros cuadrados, un programa comercial de 60.000 metros cuadrados de superficie bruta alquilable y una dotación de aparcamientos para 2.800 plazas. De esta forma, se va a convertir en el mayor centro comercial de la isla y en uno de los más grandes de España.

Su concepción arquitectónica se basa en un espacio abierto en cuyo diseño se mezclan de forma armoniosa el agua, la piedra, la vegetación y la luz natural. Se asegura que contará con una oferta comercial inédita hasta ahora en la isla, con la presencia de marcas internacionales de prestigio que en la actualidad no están a disposición del consumidor mallorquín.

El director de operaciones de Carrefour Property España, Sebastián Palacios, destacó la importancia de la concesión de la licencia por parte del ayuntamiento de Palma, puesto que con ella el nuevo centro supera la fase de proyecto para comenzar a ser una realidad. Insistió en que el nuevo centro "contará con una oferta única y de primer nivel internacional, lo que le convertirá, con toda seguridad, en un nuevo polo de desarrollo económico tanto por la actividad comercial que allí se desempeñe como por su impacto fiscal y, muy especialmente, laboral en la isla".

Por su parte el teniente de alcalde de Urbanismo del ayuntamiento de Palma, Jesús Valls, explicó que, como consecuencia de la concesión de la licencia de obras, el Ayuntamiento va a ingresar un total de 3,7 millones, 1.055.869 correspondiente a las tasas y otros 2,7 por el Impuesto de Construcciones y Obras (ICIO).

A esta cantidad hay que añadir otros 700.000 euros que la empresa ha ingresado a las arcas municipales para la ejecución de una zona verde que ya no se podrá realizar debido a que los terrenos están ahora afectados por los nuevos accesos desde el complejo comercial al futuro segundo cinturón.

La licencia de obras concedida ayer incluye la demolición de 10.00 metros cuadrados construiros y la posterior ampliación de los 31.843 metros cuadrados actualmente existentes en el complejo con 47.397 metros cuadrados más hasta alcanzar la cifra total de 68.616 metros cuadrados.

El teniente de alcalde se adelantó a las previsibles críticas procedentes del sector del pequeño comercio y afirmó que el Ayuntamiento no podía denegar la licencia de obras puesto que se trata de un acto reglado. La directiva Bolkestein, emanada del Parlamento europeo, tampoco permite la limitación de la competencia.

No obstante, insistió en que el equipo de gobierno es consciente de la necesidad de preservar el tejido económico y social del pequeño comercio y anunció que, en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana ya iniciada, no se contemplan nuevas zonas comerciales más que las ya existentes en estos momentos. Asimismo, indicó que en el nuevo planeamiento también se adoptarán medidas tendentes a su potenciación con la posibilidad de introducir zonificaciones, además de la ampliación de los denominados ejes cívicos.