El castillo de Bellver, el segundo monumento más visitado de Mallorca, dispara su rentabilidad y aumenta el número de visitantes. Los datos del primer cuatrimestre del año marcan un claro cambio de tendencia, pese a situarse todavía en temporada baja.

En ese periodo, el monumento alcanzó una cifra de visitantes de 84.979 personas, 5.362 más que en el año anterior. Y la recaudación pasó de 59.922 a 101.514 euros. Es decir, respecto a los primeros cuatro meses de 2012, los visitantes aumentaron un 7,5 por ciento y la recaudación se disparó espectacularmente un 70 por ciento.

Los resultados son fruto del trabajo conjunto en Bellver de las áreas de Turismo y Cultura del ayuntamiento de Palma, subraya el teniente de alcalde de Cultura y Deportes, Fernando Gilet. Y de una serie de medidas aplicadas en el castillo para que la fortificación no sea solo un icono de la ciudad, sino un monumento y producto turístico que atraiga también al visitante y al residente por las actividades que se organizan de forma periódica, desde propuestas de carácter histórico a musicales o teatrales, y a la vez se convierta en un punto de información de toda la ciudad, lo que ya se está consiguiendo gracias al nuevo Centro de Recepción de Visitantes que, a la espera de la concesión de la cafetería, ya funciona a pleno rendimiento.

Además, detalla el concejal, el sistema de entradas ha sido completamente informatizado, lo que favorece la expedición de billetes, su recuento, permite realizar estadísticas para analizar los resultados y facilita el trabajo con grupos turísticos y agencias de viajes. Y los horarios se han simplificado y ampliado considerablemente.

Anteriormente, los meses de enero, febrero, noviembre y diciembre el castillo abría sus puertas de diez de la mañana a cinco de la tarde. En marzo, abril, septiembre y octubre, de diez de la mañana a seis de la tarde. Y en mayo, junio, julio y agosto, de diez de la mañana a siete. Es decir, los horarios cambiaban tres veces al año.

Ahora, hay un horario de verano y otro de invierno, sin más variaciones. Y ambos son más amplios. Así, de octubre a marzo el castillo abre de ocho y media de la mañana a seis de la tarde. Y los domingos de diez a seis. En verano, de abril a septiembre, el horario de apertura es el mismo, mientras que el de cierre se amplía hasta las ocho de la tarde. Y los lunes, el día tradicional de cierre de los museos, de ocho de la mañana a una de la tarde, dedicando el resto de la jornada a reservas para fotografías y rodajes, un capítulo que, junto al alquiler de espacios a empresas privadas, resulta muy importante en la recaudación del monumento. En el primer cuatrimestre de 2013 tuvo un peso en el total de los ingresos del 33 por ciento.

Cort ha aprobado una ordenanza de usos interiores del castillo para sacar un rendimiento económico del alquiler de los distintos espacios y ha aumentado los precios de la entrada, aunque los datos del primer cuatrimestre demuestran que la afluencia de visitantes no se ha resentido. La antigua entrada de 2,6 euros ha subido a 4, mientras que los residentes pagan ahora 2.50 euros por el acceso. Además, se ha alcanzado un acuerdo de patrocinio con el Banco de Santander para editar los folletos con la programación mensual. Y el visitante del castillo puede ahora comprar en la misma fortificación entradas para los espectáculos y actividades de pago de forma anticipada.

"El castillo no estaba siendo gestionado como debería, sufría un estancamiento", considera Gilet. "Hemos subido los precios, aunque en realidad más bien creo que los hemos actualizado, porque cuatro euros no supone ni el precio medio de la entrada de un museo en España". No obstante, el concejal de Cultura reconoce que todavía queda trabajo por hacer para mejorar el recorrido interior, sobre todo en lo que hace referencia al museo de la ciudad y a las restauraciones pendientes, entre ellas una parte del foso que permanece apuntalada.