Tiene apellido que suena a japonés aunque Eduardo nació en León y su linaje Geijo procede de Galicia. Ahora, desde los últimos 13 años, vive en la isla. Hace apenas dos meses se trasladó al carrer de ses Monges en Palma para hacer realidad un sueño: convertir su afición por la gastronomía en su negocio. Tea Ritual es la ventana que ha abierto a algunas de las manifestaciones de la cultura gastronómica asiática: tés, infusiones. Y para acompañarlo, la porcelana, las teteras, precisas para beber conforme al rito.

Como otros miles que han perdido su trabajo, Eduardo tras el recorte en una empresa de informática, decidió que "era el momento para llevar a cabo el sueño que tenía hace muchos años. Todo fue favorable para ello", señala. Le ha acompañado en todo momento su mujer Lourdes, "mi gran apoyo".

Una iluminación cálida busca centrar el foco en distintos rincones de la tienda que se alimenta sobre todo de la arquitectura del edificio, del que sobresale un arco a la mitad y restos de muro de marés. Asimismo en una de las paredes se ve la caja fuerte que ya venía con el inmueble propiedad de Juan Forteza.

En una calle trasera, cercana al Banco de España, alejada del circuito central aunque privilegiada por la tranquilidad del zócalo de sus callejas, Tea Ritual acentúa el bienestar de este damero al que hay que entrar, no viene de paso. "Muchos entran para mirar la tienda", comenta. Y es que sí apetece verla.

El olfato se agudiza. Una mezcla de olores a diferentes hierbas, a tés de China, de Singapur, de Sumatra, Formosa, de Japón se combina con el incienso. Eduardo Geijo cuida los detalles y es cautivo de la estética japonesa, aunque "nunca he estado ahí". Le cubren las espaldas unos buenos distribuidores, dos de ellos de Japón, otro de Francia y algunos alemanes. Otros le llegan por la red.

Entre los productos que tiene solo él en Palma, los inciensos de los casa Shoyeido. Tiene velas monásticas de flor de albaricoque. "Son siglos de un proceso artesanal porque ellos lo consideran más un arte que una producción. Me gusta esa manera tan sutil, tan refinada, que tienen los japoneses", señala el propietario de la tienda.

Está satisfecho de la respuesta que están teniendo, sobre todo, vecinos, "y algún turista que cae por aquí".

Hay un apartado amplio de hierbas y de tés, junto a productos gastronómicos para acompañarlos, mermeladas de jenjibre, galletas y otros productos gourmet, pero uno de sus productos estrella, el té matcha que él también vende en polvos para cocinar, entre otros dulces, el helado de té verde, incluso un tiramisú.

El té gana adeptos pero para ir entrándole ha organizado para este sábado su primera cata. Una estancia contigua a la tienda está preparada para ello. "Vamos a hacer un maridaje con Chocolate 4Life, que también hacen galletas caseras, y diferentes tés que casan con el chocolate", explica Eduardo. Bon apetit.