Centenares de programas de las fiestas de Sant Sebastià permanecían ayer por la mañana sin repartir en uno de los sótanos del edificio municipal de Avingudes. Cuando faltan escasas horas para la celebración de la revetla y del día del patrón es difícil que lleguen a tiempo a manos de los ciudadanos interesados en las actividades programadas. Algunos mal pensados aseguran que el equipo de gobierno ha ahorrado tanto y tanto en las fiestas, que se ha olvidado de repartir los programas. Claro que en este caso ha sido un gasto inútil, que sólo ha servido para usar más papel.

Un vehículo policial que despierta la curiosidad

Buena parte de la mañana de ayer un vehículo un tanto especial de la Policía Local estuvo aparcado en la plaza de Santa Eulàlia, justo enfrente del portal de acceso de la oficina municipal de atención al público. Llamaba la atención por tratarse de un todoterreno dotado con una especie de tubo de escape con forma de periscopio situado junto al cristal delantero. Pero lo que más llamaba la atención era el rádar instalado en el techo. La presencia del vehículo, que nada tiene que ver con el famoso multacar, coincidió también con un despliegue exagerado de agentes de los cuerpos de las policías Local y Nacional con motivo de la concentración de la plataforma contra los desahucios en la plaza de Cort.

El incivismo cuesta 3,2 millones

Emaya calcula que las actitudes incívicas de los ciudadanos en materia de Medio Ambiente cuestan a las arcas municipales 3,2 millones anuales por el abandono de bolsas de residuos y aparatos domésticos en la vía pública, la limpieza de solares utilizados como vertedero o la sustitución de papeleras y contenedores que han sido objeto de actos vandálicos. El departamento de recogida de Emaya calcula que el coste extraordinario de la recogida de bolsas de desperdicios abandonados supera el millón, cifra a la que hay que añadir 1,1 millones más de la recogida de trastos en la vía pública, 218.799 euros de la limpieza de pintadas, otros 145.000 para la de solares y 154.000 euros para la reposición de papeleras quemadas o dañadas.