La gran riada que se produjo en Ciutat en 1403 causó más de 5.000 muertes y la destrucción de unas 1.500 viviendas. Sa Riera se desbordó y provocó una de las mayores tragedias naturales que se recuerdan. Sin embargo, hubo muchas más inundaciones en Canavall a causa del torrente que transcurría por la actual Rambla y el paseo del Born. La población estaba harta y los gobernantes sabían que debían hacer algo, pero la solución no llegó hasta más de 200 años después.

En el recién estrenado 2013 se cumplen cuatro siglos de las obras de desvío del cauce para que transcurriese fuera de las murallas. Como afirma el cronista de la ciudad, Bartomeu Bestard, "a los palmesanos del medievo y de los siglos inmediatamente posteriores no les hacía ninguna gracia tener un torrente dentro de los muros de su ciudad". No solo por las inundaciones ocasionadas cuando había lluvias torrenciales, sino también porque "era un foco de suciedad y de malos olores", como relata en el libro y artículos Crónica de antaño.

La historia de la primigenia Riera en el actual paseo del Born se inicia cuando "era el cauce de una ensenada que llegaba, por lo menos, hasta el Teatro Principal", añade el articulista de DIARIO de MALLORCA. "Con el paso de los siglos se convirtió en la prolongación del torrente de sa Riera, que proviene de Puigpunyent y penetraba en los muros de Ciutat a través de una obertura (la puerta Plegadissa) continuando por la Rambla y la calle Unió hasta llegar al Born".

Desde la época musulmana, este torrente dividió la urbe en dos grandes espacios que estaban comunicados por puentes, como el que se puede ver -parte de él- en el aparcamiento subterráneo de Via Roma. Sin embargo, los problemas que causaba hicieron que el rey Jaume II (1267-1327) ya proyectase su desvío, aunque al final no se ejecutó.

Las obras de 1613 trasladaron el cauce fuera de las murallas a partir del camí de Jesús y hasta donde está el paseo Mallorca para llegar finalmente al mar. Sin embargo, el desvío no se hizo del todo bien, ya que "en 1618 unas fuertes lluvias hicieron que el agua bajase con gran fuerza, rompiendo el codo que la desviaba hacia el lateral de la ciudad", tal como explica Bestard sobre los inicios de la actual Riera.