"Estaré pendiente de cómo va Bicipalma, aunque todavía no me fío. Lo utilizaba cuando era gratuito, pero el mantenimiento dejaba mucho que desear y por eso ahora no me he apuntado. Si pagas por un servicio, tiene que funcionar al 100%", como afirma el antiguo usuario Pedro Mas. Esta opinión es extrapolable a muchos otros inscritos hasta el pasado martes. De los 20.000 apuntados en el servicio público de bicicletas hasta entonces, han quedado 2.200 usuarios, los que han pagado la cuota de 15 euros para este primer año. El resto está a la expectativa de ver si mejora. "Bicipalma es una buena idea y no es caro, pero no me puedo arriesgar a que las estaciones de bicicletas estén vacías, como ha ocurrido muchas veces", destaca Juan Miguel Irles, quien por eso tiene su propia bici.

Un recorrido ayer por el centro de Palma sirvió para comprobar dos destacados cambios en esta nueva etapa: Todas las estaciones tenían vehículos anclados y había muy pocos usuarios pedaleando por la ciudad. Ello es debido a que la concejalía de Movilidad ha adquirido un centenar de nuevas bicicletas y porque el número de habituales de Bicipalma ha disminuido un 90%.

Ninguno de los consultados cree que el precio de este servicio público sea excesivo, aunque uno de ellos, Paco García, no se inscribió por el suplemento de 50 céntimos si te pasas de la media hora de uso. "La cantidad no es proporcional en relación a lo que cuesta coger el bus. Este medio de transporte es más rápido y llega a más sitios, por lo que pagar 50 céntimos por usar la bicicleta más de media hora me parece excesivo".

La accesibilidad es otro de los motivos que retraen a muchos de inscribirse en Bicipalma, como por ejemplo Luis Aníbal Suntaxi y Juana García. "Aún hay pocas estaciones, por lo que no puedes llegar con la bici a todas partes, debido a que entonces no tienes dónde dejarla", afirma ella. De todos modos, confía en que esta nueva etapa de pago provocará la mejora del mantenimiento. Lo mismo opina Santiago Boix, ya que "cuando algo es gratuito, la gente no lo cuida como toca", tal como asegura.

Más carriles-bici

Como el resto de encuestados, Salvador Roig es un habitual de los pedales. Él desde hace 50 años. No usa Bicipalma, pero le reconoce el mérito de incentivar este transporte entre muchos no iniciados. Sin embargo, lamenta que el Ayuntamiento no invierta dinero en crear carriles-bici en los lugares donde hay peligro para los ciclistas, señalizar rutas idóneas para ellos, potenciar más dichos vehículos facilitando su circulación, instalar parkings seguros y permitir que algunas calles de sentido único para los coches sean bidireccionales para las bicicletas. Tras haber vivido muchos años en el extranjero, este ciclista afirma que Palma aún está muy retrasada respecto a ciudades como Ginebra, por ejemplo.