Hay que preguntar quién es la homenajeada para saber quién es Magdalena Pujol Vich, ya que por la apariencia física nadie diría que ayer celebró su cien cumpleaños (nació el 14 de noviembre de 1912). Cuando hablas con ella, tampoco parece una centenaria. "Me siento igual que hace 20 años, si no fuera por la vista, que me falla un poco", dice a modo de justificación. No es para menos, porque fue modista durante toda su vida, una vida en la que tuvo que "trabajar y luchar mucho para salir adelante", como destaca.

Llegó al pueblo palmesano de la Vileta, desde su Galilea natal, al casarse con su primer marido, a quien "la guerra lo mató. Eso es lo peor que me ha ocurrido jamás", recuerda con tristeza. Pero ayer era un día para estar alegre, porque Magdalena, que continúa residiendo en la Vileta, estuvo rodeada de amigos y familiares que celebraron su centenario con una gran fiesta. Hasta 40 personas se juntaron a manteles, entre ellos su hija y su hijo, de 78 y 69 años respectivamente, sus cuatro nietas y sus seis bisnietos.