El taco y el claxon. Estas son las dos armas del conductor cabreado en cuanto un atasco engulle su vehículo. La palabrota, pero no el sonido irritante de la bocina, debía estar en boca de los traginers de la segunda mitad del siglo XIX, cuando los palmesanos ya lamentaban lo imposible que se había puesto la circulación. "Cada minuto, o cada momento, constantemente se ven carruajes atascados unos contra otros en un punto de continuado tránsito por causa de las revueltas que impiden verse a tiempo de evitar siniestros los respectivos conductores", se quejaba un articulista del Correo de Mallorca en febrero de 1863.

¿Cuáles eran las causas de este desbarajuste? La primera el volumen de tráfico que confluía en la ciudad. Solo por la carretera de Inca llegaban -contenga la risa- 500 carros al día, según los estudios elaborados por Eusebi Estada para justificar la construcción de la primera línea de ferrocarril, que en 1875 unió Palma con la capital del Raiguer.

El segundo problema era el entramado viario intramuros de Palma. "La red de callejones que constituyen esa parte tan importante de la población forma un verdadero laberinto que es impenetrable a los carruajes, presentando además un foco inmundo de miseria y de hediondez". Los carros llegados por las carreteras de Inca y Manacor confluyen en ses Enramades, junto a la Porta de Sant Antoni. Desde allí se dirigen a los mercados. Uno está en la plaza del Mercat, otro en la de Abastos, actual Major, nacida tras el derribo de la casa de la Inquisición. Las alternativas para llegar son las calles Sindicat y Ferreria, pero no existe la calle Colom y el último tramo supone un calvario a través de Bastaixos (actual Jaume II) o Argenteria.

La tercera razón del caos de tráfico era la mala costumbre de los artesanos que "hacían de la calle taller", dificultando el paso de aquellos que transportaban las mercancías.

Mal de muchos, consuelo de tontos, reza el refrán. Problema de siempre, consuelo del presente, puede desahogarse el conductor metido en un atasco. Pero no cuela.