En un pequeño recuadro, como si fuera una ventana, surge la figura de Catalina Torrents Ibáñez. Sentada frente al escritorio-oficina, donde aprendió a llevar las riendas de Casa Roca, la papelería que supera los cien años sin cambiar de apellido, sonríe sin perder de vista el hilo de un negocio abierto por Francisco Roca Parets, aquel catalán que desde Portaferrissa acabó montando cerca de Sindicato un negocio de cerillas y libritos de papel de fumar. "Nací con la tienda puesta", suelta a destajo, con una risa fresca. Es la cara y la cabeza de Casa Roca, el negocio familiar que supera los cien años sin cambiar de apellido. Está convencida que "sus hijos o sus nietos continuarán el negocio cuando yo lo deje, aunque lógicamente lo llevarán a su manera".

La impronta de esta mujer nacida en Palma en 1943 es la heredada de su abuelo, Domingo Torrents Roca, quien dio el aspecto que ofrece la papelería hoy. Un edificio del arquitecto Francisco Roca en la trasera de la calle Sindicat. "Me veo cercana a mi abuelo aunque no le conocí". También la huella de su padrastro, Mariano Parejo, la define: "Mi padre me dijo un día, ´nosotros tenemos que hacer nuestra guerra, y yo voy haciendo la mía. Yo no lucho contra los grandes ni son competencia. Vendo al por menor y mi trato es muy directo, claro que hoy los tiempos son muy difíciles para todos pero no creo que el pequeño comercio salga de la crisis con manifestaciones sino luchando".

Estos días, Casa Roca vuelve a brillar con dorados y plateados. Se acerca Navidad. Muchos acuden a la papelería para hacerse con las neules, el talismán del negocio, entre otros adornos, que compran a una monja y a un fraile. La crisis ha colocado en segundo lugar los belenes. En su lugar, telas, lazos, cuerdas y esos rosetones de papel blanco que colgados de un hilo se balancean en las casas de muchos de Palma.

„¿Es usted una mujer de papel?

„¡De papel y de cartón! Nací con la tienda puesta. Cuando tenía 16 meses murió mi padre y mi madre se puso al frente de Casa Roca. A los dos años se volvió a casar y el negocio lo llevó mi padrastro. A los 17 años me puse a trabajar después de acabar en el colegio. A los 20 años me casé y alterné vida familiar con el trabajo en la papelería. Salvo los años que nos fuimos a Figueres donde destinaron a mi marido, he pasado mi vida en Casa Roca, y muy feliz.

„Un sueño recurrente de los niños de cierta época era tener una papelería.

„En el colegio nos hicieron escribir una redacción de nuestro entorno y mientras unas escribían ´mi abuelo y su tractor´ o ´mi casa´, yo puse ´mi tienda´. Me encantaba despachar solo que era tan pequeña que no me hacían caso. Yo tenía 5 o 6 años.

„En sus años no era frecuente ver a las mujeres al frente de los negocios. ¿Cómo vivió esa diferencia?

„Fuimos de las primeras en trabajar. Yo digo que fuimos mujeres frontera entre la ama de casa monda y lironda y la trabajadora y ama de casa a la vez. Fuimos pioneras pero pero no soy feminista. Me enfado mucho cuando hablan de mujeres empresarias. La verdad es que lo viví bien porque en mi casa conté con una señora que me ayudaba. Me gustan las dos cosa, ser ama de casa y regentar Casa Roca.

„Ahora todo el día hablan de "emprendedores" como si hubieran inventado la pólvora. ¿Se siente identificada con el término?

„La mujer debe serlo. La vida ha cambiado mucho por eso debemos ser independientes. Debo reconocer que tuve suerte al tener un marido muy comprensivo, bueno, en realidad, muy lógico.

„Usted tiene detrás un legado masculino importante. ¿De quién se ve calco del tatarabuelo, del abuelo, de su padrastro?

„Más de mi abuelo Domingo Torrents. Pese a no haberle conocido, leo cosas de él y me veo reflejada. En Casa Roca la expresión ´no hay´ no existía. En su lugar, a los clientes se les decía ´ya llegará´. Siempre se lo digo a las dependientas. La gente así se siente más confortada.

„Solo mujeres atendiendo en Casa Roca. ¿Por qué este gineceo?

„Sí, todas son mujeres salvo un hombre que trabaja en el almacén porque se necesita alguien con fuerza física. Siempre fue así. Las mujeres tienen más paciencia para estar cara al público.

„¿Se le está acabando la paciencia con la crisis económica?

„Lo cierto, y no quiero pecar de petulante ni nada por el estilo, es que Casa Roca no vivimos la crisis de una manera alarmante porque viene más gente, estamos haciendo nuevos clientes.

„¿De dónde salen?

„Creo que están regresando los clientes de la Part Forana, también los que han vuelto a vivir en Mallorca y también por la recuperación de la artesanía. Son muchas las personas que han vuelto a hacer cosas en su casa y vienen aquí a comprar materiales.

„No es habitual ver al comerciante manifestarse en la calle. ¿Está el pequeño y mediano comercio herido de muerte?

„Es cierto que lo tenemos mal y que nos pasamos la vida pagando... pero no creo en manifestaciones; creo más en las luchas. Yo no creo que estemos condenados a desaparecer. Pienso que algunos se han asustado de la crisis y le han dado la culpa de todos sus males. Creo que el cliente debe ver movimiento. Debo ser luchadora. Ya soy mayor pero siempre busco soluciones. Creo que habrá una selección y quedarán los mejores.

„¿El enemigo son las grandes superficies?

„Para mí no. Mi padre me dijo un día que nosotros teníamos que hacer nuestra guerra y yo le he hecho caso, voy haciendo la mía. No lucho contra los grandes porque no tengo porqué. No me hacen competencia, yo vendo al por menor y cada vez el cliente busca comprar menos cantidad, ahí sí noto la crisis. Además, el trato es distinto, es director en una tienda de toda la vida, frente a un centro comercial, y ¡ojo que yo voy a grandes almacenes también!

„¿Los chinos?

„No, no creo porque ellos venden un género distinto al nuestro. De todos modos creo que en Palma se han abierto demasiados comercios. Creo que quedarán los negocios de toda la vida, eso sí, trabajando mas y ganando menos.

„¿Se ha escrito la historia de Casa Roca?

„No, no se ha hecho, y lo cierto es que sería difícil hacerlo porque no hay papeles solo los testamentos.

„¿Cómo se ve la vida a través de esta papelería?

„La vida a través de Casa Roca se ve bien. Un comercio centenario como éste parece el reloj de cómo van las cosas. Hay días que no viene nadie y al siguiente no cabe ni un alfiler en la tienda. Vienen hasta vaciar la visa. Los lunes son los peores. Yo digo siempre que el lunes por la mañana la gente lava.

„Sus antepasados eran catalanes, ¿qué opina del referéndum de independencia?

„Soy catalana pero ¡no soy separatista! A mí me gustan mucho los catalanes y creo que en Mallorca hay muchos prejuicios hacia ellos. Nos quieren más ellos a nosotros que nosotros a ellos. A mí me trataron muy bien cuando viví en Figueres y eso que estaba casada con un militar y los catalanes que digamos no son muy 'militaristas'.

„Vecina de sa Gerreria, ¿ha sido cliente de la Ruta Martiana?

„Sí que he ido, y creo que se ha montado mucha bulla. Está bien para los jóvenes, aunque es cierto que se han abierto muchos bares.