Fue un ministro de Franco, José Solís Ruiz, quien cortó la cinta -en aquella época se inauguraba cortando tela- en 1967 en el polígono de Son Castelló. Palma se convertiría en ciudad pionera en estas ciudades industriales al abrir poco después el de Can Valero. Hoy, el que inicialmente se conocería por polígono de La Paz, festejará su casi medio siglo con los escolares del colegio Aula Balear, ubicado en esta zona y abierto para los hijos de los trabajadores.

Posteriormente, los empresarios celebrarán una comida con los asociados. Los alumnos se pondrán en la piel de los empresarios en su visita a Distribuciones Sillero, dedicada al negocio de instalación de piscinas, e Inmaplast, una empresa de productos derivados del plástico e impresión sobre papel.

Can Valero ocupa una superficie de 400.000 metros cuadrados en los que se han instalado unas 400 empresas. La iniciativa de crea este polígono fue del propietario de la finca Antonio Catalá y de Wifredo Ricard. Éste fundó la primera empresa que se instalaría en esta zona cercana al camino de Establiments, la fábrica de piensos Adepema. Otras empresas que trasladarían sus sedes a estas anteriores fincas agrícolas, convertidas después en suelo industrial, serían Ferrer Gil, Aisa y la de Juan Cifre Quetglas.

El origen de CanValero hay que rastrearlo en la asociación empresarial Asima ya que fueron ellos quienes trasladarían sus naves a las afueras de Palma creando el núcleo de los llamados polígonos industriales. Su creación supuso, asimismo, el primer paso para quebrar la estructura de sindicato vertical propio de los años sesenta.