Después de más de un año al frente del ayuntamiento de Palma, al alcalde, Mateo Isern, el político que no es político y que detesta la política como si fuese algo malo, se le acaba el tradicional juego entre políticos de poli bueno y poli malo. Isern asegura que entiende a los funcionarios y sus reivindicaciones, e incluso ha calificado de "injustas" las medidas adoptadas por su jefe de filas en Madrid y presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, pero no ha movido un dedo para que la injusticia no se consume. Al contrario, manda a "negociar" con los representantes sindicales a su teniente de alcalde de la Función Pública, Irene San Gil, y al teniente de alcalde de Hacienda, Julio Martínez -los polis malos-, quienes se presentan con textos cerrados y sin apenas margen desde hace meses. Ni siquiera han agotado la negociación aceptando, por ejemplo, la intermediación.

Paros únicos en toda España

También se extrañan los representantes municipales de que los sindicatos de Cort sean los únicos en toda España que han convocado paros para protestar por la aplicación de unas medidas impuestas por el Gobierno central. Afirman que han sido generosos a la hora de aplicar las prestaciones por incapacidad laboral transitoria, y que incluso se han ampliado los supuestos en los que se sigue recibiendo el 100 por ciento de la prestación, además de mantener ayudas sociales que la normativa anula. Sin embargo, no hacen mención al hecho de que se aprobara un preacuerdo sin esperar a que las asambleas de trabajadores se pronunciaran y que ya se está aplicando, por ejemplo, la jornada de 37, 5 horas semanales, cuando en el Consell se hará a parir del próximo mes de enero.