Conseguir un tráfico fluido y seguro al mismo tiempo no es tarea fácil, como lo atestigua algunas de las actuaciones realizadas y enmendadas poco tiempo después por los responsables municipales. Así, si en Gran Vía Asima, la principal arteria del Polígono Son Castelló, se apostó inicialmente por dar fluidez y velocidad al tráfico, ahora, tras una serie de accidentes, se ha decidido dar marcha atrás.

"Primero apostamos por la velocidad y los agentes se dedicaban a evitar los estacionamientos en segunda fila, pero, tras una serie de accidentes, hemos apostado por ganar en seguridad. Así, hemos desincronizado los semáforos para que no se pueda cruzar toda la Gran Vía en verde. Asimismo, se colocaron los respiraderos del metro sobre la calzada, pese a que había sitio para ubicarlos sobre la mediana. Parece una tontería, pero los automovilistas moderan la velocidad cuando pasan por encima de ellos", explicaron fuentes de la Policía Local.

Pese a todo, estas fuentes reiteran que la colocación de semáforos no es la panacea para ganar en seguridad. Y ponen un ejemplo de rabiosa actualidad: "En el reciente atropello mortal de una joven acaecido en el Paseo Marítimo, todo el mundo opinó que se hubiera evitado con un semáforo. Pero esta vía ya cuenta con diecisiete semáforos ubicados en sus poco más de cuatro kilómetros de longitud. Se podrían poner más, pero con el riesgo de colapsar todo el tráfico hasta la autopista de Ponent".