Los usuarios del aparcamiento municipal gratuito ubicado en la calle Ramon Nadal de Son Serra Parera se han resignado a usar una infraestructura que consideran está lejos del hospital de referencia, porque siempre es mejor caminar entre diez y quince minutos que tener que desembolsar 1,56 euros por hora en el parking de Son Espases. Y es que uno siempre sabe a qué hora entra en un hospital pero es difícil que sepa a qué hora saldrá.

Otra cosa es la seguridad que ofrece el vial habilitado por Cort para llegar al hospital desde el aparcamiento de Son Serra Parera. Antònia Pol, que tiene que acudir cada día a Son Espases para someterse a un tratamiento de rehabilitación, confiesa que no se siente segura mientras recorre el camino ubicado en el arcén izquierdo y tan sólo preservado del tráfico rodado de Camí dels Reis por unos nada intimidantes pilones. "Las bicicletas también lo usan y no cabemos en un espacio tan estrecho", abunda.

Una auxiliar administrativa que acaba de terminar el turno va en busca de su coche caminando por un saliente elevado de piedra junto a la verja del solar adyacente al camino de peatones improvisado por Cort. "No me parece un sendero adecuado y a la vuelta suelo caminar por aquí para evitar tener algún percance con las bicis que también circulan por este espacio y que me vienen por la espalda", se queja.

Dolores Múñoz, una paciente oncológica de Son Espases, también se ha resignado a usar un aparcamiento que considera ubicado bastante lejos del hospital, pero las razones son obvias: el pasado jueves estuvo más de cuatro horas y media en Son Espases y no está dispuesta a pasar por caja aunque, con ironía, opina que "todo esto le parecerá muy bien al que cobra".

Josefa Torres ha venido desde Eivissa a acompañar a su hermana, operada en el hospital de referencia por el doctor Bonnín. Ha tenido suerte porque ha conseguido un alojamiento gratuito de los que la sociedad oncológica dispone en Secar de la Real. Todos los días anda y desanda este camino, que también considera "algo peligroso".

Abraham Santiago, más pragmático, aparca casi enfrente del hospital en el borde de la carretera. Cuando es prevenido de que la Policía Local podría multarle por estacionar allí, explota: "No estoy aparcado en el arcén, sino en el solar de al lado, no me pueden multar". Su padre acaba de ser transplantado de riñón y pasará muchas horas en Son Espases. Por ello, transigiría con pagar un canon diario de tres euros por aparcar en el hospital, aunque nunca los 10,76 euros fijados por la concesionaria por día de estacionamiento. "Eso implicaría casi trescientos euros al mes. Para eso me hago un seguro privado y me voy a la Palmaplanas", se indigna. "Esto va a acabar en una guerra civil", pronostica, indignado.

Como Juanma, al que le tienen que traer desde Andratx para ser tratado de un problema de cervicales y que usa el parking municipal porque considera que tener que pagar en un hospital público es, cuando menos, "retorcido".