La exalcaldesa y portavoz del grupo municipal socialista en el ayuntamiento de Palma, Aina Calvo, pidió ayer una mayor implicación del alcalde, Mateo Isern, en la problemática surgida por la discriminación que han padecido las agentes de la ORA en las inmediaciones de la mezquita de Per Garau, y afirmó que "no se puede dejar sólo en manos la empresa el retorno de las controladoras" de los estacionamientos de pago. Por otra parte, el Lobby de Dones ha convocado para hoy una reunión en el centro Flassaders de sa Gerreria con los representantes de todos los partidos políticos presentes en el ayuntamiento de Palma con el fin de tratar sobre "la alarma social provocada por la retirada de las mujeres de la empres concesionaria de la ORA de sus puestos de trabajo habituales en el entorno de la mezquita de Pere Garau".

El Lobby pide unidad política con el fin de tratar esta problemática y otras que puedan surgir o existir, e insiste en que "la ciudad debe velar por la integración real y evitar la creación de guetos poniendo todas las medidas necesarias para evitarlos". Desde esta entidad, y con la finalidad de evitar "cualquier paso atrás en las conquistas sociales de las mujeres en nuestra Comunidad", pretenden realizar "un seguimiento de esta cuestión y poner sobre la mesa otros elementos discriminatorios sobre los que se debe actuar preventivamente".

Por su parte, la portavoz socialista, quien, junto con la concejala de Educación Igualdad y Familia, Aina Ferriol y la econacionalista Marisol Fernández, ha confirmado su asistencia a la reunión del Lobby, insistió en que el alcalde, Mateo Isern, "tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad y de cumplir y hacer cumplir, con los servicios municipales, el plan de igualdad del ayuntamiento de Palma", aprobado por unanimidad el pasado 31 de mayo.

Calvo respondía así a las manifestaciones realizadas el miércoles por Isern sobre la problemática generada por la retirada de las vigilantes de la ORA del entorno de la mezquita tras recibir maltrato verbal, en el sentido de que "Dornier y sus empleados deben regular su forma de trabajar" y que el ayuntamiento de Palma "está a disposición de la empresa y las vigilantes para que puedan trabajar en cualquier sitio de la ciudad sin discriminación y sin presión". Al respecto recordó que el Plan de Igualdad del Ayuntamiento exige actuaciones que van más allá de la mera aceptación de la voluntad de una empresa y de su organización y más si se trata de una contrata municipal.