Desde que el 28 de marzo del año pasado comenzó Bicipalma, más de un centenar de bicicletas públicas han sido sustraídas. El concejal de Movilidad asegura que la mayoría han sido recuperadas, aunque algunas estaban en sitios tan sorprendentes como las aspas de un molino de es Jonquet o el lago del Parc de la Mar –el vehículo fue encontrado tras el dragado del fondo–. Otras bicicletas corrieron peor suerte, debido a que fueron troceadas, "probablemente para vender el material", como apuntó Gabriel Vallejo.

El responsable político cree que con el inminente servicio de pago se producirán menos robos y actos vandálicos, porque los usuarios estarán más controlados.