La vida teje casi tan bien como un araña. Cati Ramon se siente como "pez en el agua" en el mundo de los rastros, los mercadillos. Siempre tuvo ojo y siempre encuentra donde otros se despistan o pierden. No es talento, simplemente sabe lo que le gusta y lo ve entre capas y capas de objetos. Cati, que junto a unos cuantos socios, abrió dos tiendas de ropa en Palma, Món en la plaza Rosario, y Adaia, en Sant Miquel, hace quince y diez años, respectivamente, tenía una idea que le rondaba. "Quería montar un local de segunda mano", apunta.

El pasado verano viajó junto a Guillermo López, su pareja y socio, a Nueva York para meterse en el mundo de los mercadillos. Se alojaron, a través del sistema de intercambio de casas, en la residencia de Hassel, una profesora en la prestigiosa Escuela Parsons de Diseño y una de las voces con más autoridad en la defensa del vintage y en proclamar que "la ropa debe tener más de una vida". Añade: "Lo interpreté como una señal. Así es que buscamos en Nueva York y cargamos maletas", narra.

El 5 de diciembre abrieron Rita´s House, donde durante años estuvo la perfumería La Central, en su local de la calle Monges, detrás del Banco de España y muy cerca del edificio de Can Forteza-Rey. "Elegí el nombre porque si tuvieran que darme uno nuevo, escogería éste. Es corto y sonoro", describe Cati Ramon.

La Casa de Rita no se ha pasado con el maquillaje. Lleva muy bien mostrar sus arrugas. Así es que no hubo reformas, ni fue necesario gastarse un pico para darle otro aire. "Tuvimos claro desde el principio que lo íbamos a dejar como estaba. Lo hicimos sin saber que está de moda la corriente del dirty chic", cuenta Cati. Del techo sobrevuelan unos pájaros blancos y cuelgan unas hierbas verdes. Las aves son ingenio de Guillermo López, un diseñador gráfico nacido en San Juan, Argentina.

Asumen que los tiempos dan cierto respeto pero también han abierto Rita´s House "con toda la ilusión de este mundo". El funcionamiento, además, es novedoso. Y en estos tiempos, conveniente. Mientras muchas de las prendas han sido compradas en Nueva York y en Berlín, otras proceden de depósitos de personas que las dejan y resulta una manera fácil de ganarse un dinerillo. El pago es 40 por ciento en efectivo y el 50 por ciento, crédito para comprar en la tienda o se puede donar a tres ong´s con las que Rita´s House colabora: Fundación Jigi Seme, Shani y Rana. "De todas podemos dar fe de que el dinero entregado va a su destino. Nos parecía una manera de cerrar el círculo: el que tiene dinero para comprarse ropa cara, la deja a un precio más económico que puede adquirir otra persona con menos recursos, y también se puede donar. Ganamos todos".

Con un mes tan sólo, la experiencia se está saldando con éxito: "Podrías pensar que ponerse ropa de segunda mano o tener muebles vintage es cosa de jóvenes alternativos, pero nos hemos llevado una sorpresa porque compran muchas señoras de la edad de mi madre. No he visto reparos, claro que cuidamos que la ropa esté impecable", subraya la propietaria.