Palmario

Una sesión plenaria tensa y (casi) en catalán

La instrucción sobre el catalán en Cort dictada por Isern ha conseguido que el uso de la lengua retroceda en el Ayuntamiento

Josep Capó. palma@diariodemallorca.es

Por el momento, la instrucción sobre el catalán en el Ayuntamiento dictada por el alcalde, Mateo Isern, ha conseguido que el uso de la lengua propia retroceda en Cort. Eso ha sido así en menos de cuatro meses, por lo que cabe esperar que el cambio de la ley de la Función Pública que, entre otras cosas, legaliza el contenido de la instrucción de la primera autoridad municipal, tenga el mismo efecto a corto plazo.

Este temor fue puesto de manifiesto ayer en el pleno de Cort por el portavoz econacionalista, Antoni Verger, quien defendió sin éxito que el Ayuntamiento instara al Govern a que retire la modificación de la ley de la Función Pública por la que el catalán se convierte en un mérito en lugar de ser un requisito como hasta ahora para ocupar un puesto en la Administración.

La sesión plenaria en este punto fue extremadamente tensa, con acusaciones cruzadas entre el numeroso grupo que defendía el uso del catalán y del mallorquín en Mallorca y otro grupo de personas con pegatinas con el lema: "Som mallorquins, mai catalans" y que al principio de la sesión aplaudieron efusivamente al alcalde, Mateo Isern, cuando entró en la sala.

Aparte del rifirrafe, la discusión de ayer tuvo algo positivo: por primera vez en público dos concejalas –una del PP y otra del PSOE–, castellanohablantes, hicieron su intervención íntegramente en catalán. Se trata de la teniente de alcalde de la Función Pública, Irene San Gil, y de la concejala socialista Guadalupe Pulido, ambas funcionarias y ambas con el nivel C de la lengua propia de la Administración autonómica.

Un hecho que contribuyó a destensar el debate y que, por otra parte, hace años no era nada inhabitual. Por ejemplo, el actual virrei del Gobierno Central, José María Rodríguez, hace más de una década se esforzaba en hablar catalán cada vez que intervenía en el pleno, otra cosa es que consiguiera acabar, aunque tampoco se puede decir que finalizara su alocución en castellano.

Lo mismo hacía, hace tiempo, eso sí, su pupilo Álvaro Gijón, que ahora se ha convertido en exclusiva al lenguaje cooficial. Quien estuvo exquisito, no se puso nervioso y controló en todo momento la situación fue el alcalde, Mateo Isern, quien pidió a unos y a otros que respetaran las opiniones de todos.

No hubo paso al frente

La concejala socialista Guadalupe Pulido manifestó que le hubiera gustado que el ayuntamiento de Palma, al igual que otros de la isla y miles de ciudadanos, hubiera dado un paso al frente en defensa de las dos lenguas cooficiales y rechazando la reforma que prevé el Govern. La concejala socialista puso de manifiesto que, en realidad, bajo un aparente "cambio banal", subyace algo más profundo como "el desmantelamiento de un marco legal que proviene directamente de la Constitución, el Estatuto de Autonomía y un gran consenso".

Reforma injusta

Para el portavoz econacionalista, Antoni Verger, la reforma que defiende el Govern es "injusta" porque defiende la desigualdad entre las lenguas ya que mientras que el castellano sigue siendo obligatorio en la Administración el catalán será opcional.

Promesa electoral

La teniente de alcalde Irene San Gil se aferró como clavo ardiendo al hecho de que el cambio que propone su partido se incluía en su programa electoral, aunque no hubo respuesta cuando le recordaron los incumplimientos ya realizados, además de la oposición que ha cosechado la reforma en concejales conservadores como los de sa Pobla y Pollensa, entre otros.

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