La cofradía de Palma

El aguante de la pesca tradicional

Los pescadores "son héroes", en palabras de un experimentado marinero. El patrón mayor de Ciutat afirma que simplemente no son normales. Cada vez quedan menos

Raquel Galán

"Vosotros sois héroes". "No, sólo somos pescadores". Esta conversación entre un marinero experimentado, pero ajeno a las artes de pesca, y el patrón mayor de la cofradía de Palma, Rafael Mas, sirve de ejemplo del oficio que cada vez practican menos personas en Ciutat porque "es muy duro, hay mucho trabajo, con un horario terrible y nunca sabes cuánto ganarás, aunque es muy poco y cada vez menos". Por eso el portavoz del centenar de asociados a la cofradía, entre pescadores y armadores, afirma que quienes trabajan en esto no son "normales". El aguante diario al que deben someterse, desde que empiezan a las cuatro de la madrugada hasta que terminan pasadas las seis de la tarde, haga calor, frío, lluvia o viento, parece de héroes.

"Estás embarcado de cinco a cinco, aunque antes tienes que preparar las artes, encender las máquinas y otros trabajos previos. A la vuelta, hay que descargar el pescado, trasladarlo a la lonja y acondicionarlo para meterlo en las cámaras", enumera Mas. Y se ríe de quien pregunta si también salen cuando hace mal tiempo. "Si hay o no hay oleaje, llegas más cerca o más lejos, y te mojas de arriba abajo, pero hay que salir a pescar, porque de lo contrario no ganas nada. Nuestro sueldo es proporcional a las capturas", en palabras del patrón.

Así les respondía a los alumnos de la Escuela Náutica, de la que fue tutor. "He sacado a navegar a titulados y no lo soportaban. Han llevado yates y veleros, pero esto es diferente. De hecho, he estado en 13 promociones y no llega al uno o dos por ciento el número de estudiantes que después se quisieron dedicar a la pesca", tal como destaca.

"En otros lugares tienen un salario asegurado", añade, por lo que la media de edad de los pescadores es cada vez más alta. "Ningún joven se mete en esto", aunque hay profesionales que años atrás dejaron el oficio por otro trabajo en tierra y, debido a la crisis, han tenido que regresar a la cofradía. Es el caso de Reyes Martínez, vicepatrón mayor de Palma. Cuenta que su intención era "no volver". "Tengo cuatro oposiciones aprobadas y al final conseguí un empleo temporal en el Ayuntamiento, pero está mal en todas partes y llega un momento en el que necesitas trabajar, aunque sea para cotizar a la Seguridad Social y ganarte unos 150 ó 200 euros semanales para llevar a casa".

Inmigración y crisis

La reducción de la flota ha sido radical en las últimas décadas, aunque "no ha desaparecido del todo gracias, en gran parte, a la inmigración. Tenemos muchos y buenos pescadores marroquíes y senegaleses que en sus países también se dedicaban a esto", en palabras del patrón mayor. "Tras un periodo de aprendizaje de la técnica y las características de aquí, se adaptan rápidamente y sacan el trabajo con eficacia. No sé si en Palma podrían salir más de cuatro barcos a pescar si no fuese por ellos", como asegura Rafael Mas.

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