La factura de agua potable y residuos que pagan los palmesanos cada dos meses subirá un 3 por ciento a partir del próximo mes de enero lo que supondrá un incremento de 15 euros al año para una familia media que paga 40 euros en su recibo bimensual. Este aumento coincide con el mismo porcentaje de la subida del IPC interanual y representará que cada palmesano deberá abonar 90 céntimos más cada mes y como el período de facturación es bimensual al final pagará 1,80 euros cada dos meses.

El concejal de Medio Ambiente y presidente de Emaya, Andreu Garau, justificó ayer este incremento porque las tarifas han estado congeladas desde el año 2009 mientras que los costes del consumo energético y el combustible para los vehículos de limpieza y recogida han crecido por encima del 3 por ciento del IPC en los últimos tres años. Garau propondrá esta subida para su aprobación en el consejo de administración que se celebrará el próximo jueves.

El responsable de Emaya aseguró que estos aumentos se destinarán a realizar inversiones "necesarias aunque no sean políticamente rentables" para mejorar las infraestructuras en mal estado como las redes de pluviales o agua corriente sin un incremento del presupuesto, que se sitúa en unos 120 millones de euros, y con una contención de la deuda de la empresa, que ahora alcanza los 32 millones de euros. La subida del 3 por ciento afecta a los tres conceptos de que está compuesta la factura que son la tarifa del agua, la recogida de basuras y el alcantarillado. En el caso del agua se divide en dos apartados. Uno correspondiente a la cuota de servicio, que es fija, y desde el 2009 se sitúa en 4,33 euros al mes por vivienda. Otro incluye la cuota de consumo, que es progresiva y depende del gasto. Es decir, se paga más cuanto más se consume. Según los cálculos de Emaya, a una familia media de tres o cuatro miembros que consume 30 metros cúbicos de agua potable cada dos meses (15 metros cúbicos mensuales) debe pagar 1,10 euros por metro cúbico. Este incremento del 3 por ciento no afecta al canon de saneamiento, que es un tributo autonómico que recauda el Govern (sirve para pagar las infraestructuras por el tratamiento del agua) y el canon de incineración de los residuos sólidos urbanos, que es anual y depende del Consell.

Reacción de la oposición

El grupo municipal socialista mostró ayer su desacuerdo con este incremento de las tarifas porque Emaya tuvo beneficios el año pasado y en una situación de crisis económica como en la actual no se entiende que se suba un servicio básico. Los socialistas recordaron que el Consell congelará el próximo año la tasa de incineración y, en cambio, Cort lo aumentará un 3 por ciento. El exconcejal de Hacienda, Andreu Alcover, recordó que el actual regidor de este departamento, Julio Martínez, ha asegurado que Cort ganaba dinero recaudando la tasa de incineración y no se entiende que ahora suban las tarifas.