"A veces el éxito de una buena estrategia se encuentra más en lo que se calla que en lo que se dice" escribe Jaume Sanllorente, un periodista de éxito en la Barcelona del 2003 que hizo maletas rumbo a India y acabó tan concernido con el país que montó la ong Sonrisas de Bombay. Ya no vive en la comodidad de la ciudad catalana. Se ha trasladado a los barrios marginales de la ciudad india. Cuatro años después describiría aquel "viaje que cambió mi destino". Una jornada después del Día Internacional de la Pobreza, su lucha llega a Palma y toma la calle Brossa. Suzanne Anita Börjesson, propietaria de Little India, tiene la ´culpa´. Ella es la coordinadora del grupo de amigos de Sonrisas de Bombay en Palma.

"Pensamos que estaría bien hacer una acción con motivo del día mundial de la pobreza para sensibilizar que cada grano cuenta, que todos podemos hacer algo y que juntos tenemos más fuerza", expresa la coordinadora. A su llamada se han sumado la práctica totalidad de los comercios que perlan la calle: Can Frasquet, An, Eledeleda, Bombolini, Twins, el café Alla Scala, Juana la Loca, B25, Piel de Gallina, Alife, Art Tamtam, MB Complementos, Helenke, Bossa y quizá se vayan apuntando alguno que otro más.

La recaudación se destinará a la ong Sonrisas de Bombay, aunque Suzanne no les pidió el dinero para ellos sino que cada uno eligiera el destino del dinero obtenido en la jornada. Todos a una ´sonreirán por Bombay´

"Confío en esta organización porque hay muchas otras que son una farsa. Me impresiona la entrega de Jaume Sanllorente, su mirada, su manera de escribir, lo que ha hecho", señala Vanesa Paz, copropietaria de Juana la Loca, junto a Martín Tedeschi.

Peldaños más abajo, están sentados en un banco frente a Bombolini, su propietario, Bartolomé Palou, y Tsuneko Nakatani, de Twins. Ella y Diego Nebot montaron el primer taller de joyería artesanal en Can Danús, donde estuvieron diez años. En Brossa llevan seis. Ella ha pasado buena parte del fin de semana cocinando unos pastelillos en forma de pez rellenos de chocolate que venderá en su puesto callejero a favor de las Sonrisas. Saben ella y Diego que gustan mucho a los niños y como ocurrió en Salvem Japó, pondremos una hucha donde los niños puedan regalar sus céntimos", explica el joyero.

Desde Bombolini, comercio de objetos de cocina que "busca la funcionalidad en el diseño", se destinará el 10 por ciento de la recaudación. A pedales se suma Toni Mir, propietario de Alife, un taller de bicicletas y venta de bicis y ropa urbana, señala que "donaré una cantidad porque todo está muy mal y se vende poco". Él se alía a su vecina de tienda, Suzanne porque confiesa que no conocía Sonrisas de Bombay. "Admiro la labor que hizo en India Vicente Ferrer", subraya.

Desde Little India se repartirán folletos y se venderán los dos libros de Sanllorente, el último, el ejemplar de fotografías de Francesc Melción Más allá de las sonrisas con textos del periodista catalán.

Las últimas en incorporarse a Brossa son María Barragán, diseñadora de complementos que ha abierto donde estuvo la óptica Lassalle, y Leda Baigorri, que vende sus bolsos y complementos en Eledeleda. Ambas sonreirán por Bombay.