La subida anunciada para el próximo año del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de entre un 6 y un 12 por ciento, ha merecido la desaprobación de vecinos y empresarios, por ello exigen una explicación detallada de los motivos de una medida no anunciada en el programa electoral del alcalde, Mateo Isern, y que, según el presidente de la PIMEM, Rafael Rubio, va a generar "desconfianza".

El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma, Jordi Sastre, criticó abiertamente la decisión del equipo de gobierno y manifestó que, a su entender, está incumpliendo claramente la promesa electoral de no subir los impuestos más allá del IPC. A su juicio, "si querían subirlos lo deberían haber dicho claramente en campaña y abstenerse de prometer lo contrario".

La presidenta de la Federación Palmesana d´Entitats Ciutadanes (Fepae), Maria Soledad Sarabia, reclamó del equipo de gobierno "información detallada de la situación del Ayuntamiento" que, a su juicio, debería plasmarse en "un plan global, que incluya qué es lo que se va a recortar, qué servicios se van a mantener y en qué se va a utilizar el dinero recaudado".

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