Según propia confesión, al alcalde Mateo Isern ya comienzan a pararle por la calle. La mayoría de personas ya no le piden trabajo, como hacían en campaña electoral y tal como también manifestó en varias ocasiones, sino que le dan ánimos y coraje. Le dicen que siga así, y que aguante las presiones. No desveló de quién ni cuáles, aunque, por el contexto se entiende que se refería a las de los grupos –que ya comienza a haber– descontentos con algún aspecto de su gestión, como por ejemplo con la decisión de suprimir el carril bici de las Avenidas. Ayer, sin ir más lejos, también le pararon en la oficina de atención al público de Santa Eulàlia, que comienza a estar muy concurrida por las mañanas, entre otras cosas, por el pago de impuestos municipales. Claro que también, junto con la concejala de Salud y Consumo, Rosa Llobera, atendió la visita del presidente de la Asociación de Donantes de Sangre de Mallorca, Llorenç Vallori.

Los econacionalistas acusan a Sansó de mentir

en relación a la fusión de la EMOP y la SMAP

Así. Sin matices. El grupo municipal del PSM-IV-ExM ha acusado al teniente de alcalde de Infraestructuras y presidente de la EMOP y la SMAP de "mentir" en relación al efecto que tendrá la fusión de ambas sociedades sobre el personal de las empresas. Marisol Fernández, miembro de su consejo de administración, presentará una queja formal al teniente de alcalde, por su afirmación de que la fusión no implicaría ningún despido. Ocho días después, se procedió al despido improcedente con la correspondiente indemnización de cinco empleados, tres de la EMOP y dos de la SMAP.