El próximo mes de septiembre no entrará en funcionamiento la tarjeta integrada de bus y metro como estaba previsto, sino que este sistema queda cancelado por su elevado coste, tal como señalan desde la conselleria de Movilidad.

Los técnicos de este departamento calculan que el Govern debería pagar unos 7 millones de euros anuales al ayuntamiento de Palma en concepto de compensaciones económicas y en estos momentos no puede asumir esa cantidad al carecer de presupuesto, por lo que considera que, por ahora, el proyecto es inviable.

El objetivo en la anterior legislatura era que entrara en funcionamiento en septiembre y el Govern ha decidido paralizarlo. No obstante, reconocen que este plan es importante porque supone beneficios para los usuarios del transporte y los responsables de Movilidad de ambas administraciones mantendrán una reunión próximamente, sin fecha definida, para negociar de qué modo ponerlo en marcha más adelante.

La idea de este sistema integrado suponía que la tarjeta ciudadana para el bus de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y la tarjeta intermodal, que se usa para el metro y el tren y la emite el Consorcio de Transportes de Mallorca (CTM), pudieran emplearse indistintamente en ambos medios de transporte con un único precio.

Los transbordos gratuitos que pueden realizar los usuarios del bus de la EMT en los viajes que no exceden de 90 minutos también serían aplicables para los usuarios de la tarjeta intermodal con este sistema integrado.

Los residentes con tarjeta ciudadana de los buses municipales pagan 0,65 céntimos. Además, dependiendo del tipo de usuario, se aplican diferentes descuentos.

Para conseguir la compatibilidad entre ambos tipos de documentos era necesaria una adaptación tecnológica de las máquinas que los validan en los buses de la EMT y la estación intermodal, en el caso del metro.

El Consell de administración de la EMT celebrado el pasado 28 de marzo presentó un borrador de convenio entre la EMT y el Consorcio de Transportes de Mallorca (CTM) para hacer efectivo este sistema de integración tarifaria. Fuentes de la Conselleria de Movilidad aseguran que este documento no fue ratificado y firmado por las partes.

Sin la adaptación tecnológica

Uno de los puntos que incluía este principio de acuerdo era aprobar en un posterior consell de administración, que debía celebrarse a finales del pasado mes de abril, la adjudicación a las empresas de la adaptación de los aparatos de los autobuses de la EMT para que admitieran la tarjeta intermodal y, al mismo tiempo, la tarjeta ciudadana municipal fuera aceptada en las máquinas validadoras del metro. No obstante, la empresa municipal inició los trámites para este desarrollo tecnológico, aunque no se llegó a firmar el contrato con la empresa adjudicataria y no se ha empezado ningún trabajo en este sentido, tal como señalan fuentes del Govern. Una de las soluciones que se había barajado era instalar la máquina validadora del bus en la estación del metro. La gerente de la EMT en la anterior legislatura, Fuensanta París, calculó que la adaptación de los aparatos para conseguir que las tarjetas fueran compatibles podría costar 140.000 euros. La idea inicial era que cada administración pagara la mitad de esta inversión.

Otro de los aspectos que recogía la propuesta de acuerdo entre el Govern y Cort, y que ha llevado a su paralización, era la compensación económica anual entre ambas administraciones por la puesta en marcha de este nuevo sistema. Es decir, debía realizarse un estudio en profundidad sobre cuántas personas realizan transbordos en bus y el número de usuarios de ambos tipos de transporte público. Además, debía hacerse un estudio de viabilidad económica pero sólo se ejecutó un cálculo previo en el que se concluía que al año el Govern debería entregar a Cort cerca de 6 millones de euros. Esta cantidad tendría que revisarse anualmente dependiendo del número de usuarios en compensación por el dinero que el ayuntamiento dejaba de ingresar.