Fue una de las primeras decisiones del nuevo alcalde de Palma, Mateo Isern. A media mañana, tras la reunión en la que participaron todos los concejales del PP y tras la constitución de la junta de gobierno local, ordenó colocar de nuevo en su despacho de trabajo –en el institucional nunca se ha quitado– el crucifijo que Aina Calvo retiró ahora hace cuatro años nada más tomar posesión del cargo de alcaldesa. Se trata de una cruz con pedestal de mesa que se utilizaba antiguamente en los actos solemnes de nombramientos y tomas de posesión.

El alcalde Joan Fageda lo guardaba en un rincón del despacho, lo sacaban cuando había algún nombramiento y lo volvían a colocar en el mismo sitio. La exalcaldesa Catalina Cirer lo mantuvo. Cuando Aina Calvo tomó posesión de su cargo lo retiró y la imagen fue recogida por la entonces jefa de la oposición y exalcaldesa, Catalina Cirer, quien la colocó en el despacho que ocupaba en el segundo piso del edificio de Santa Eulàlia dentro del espacio reservado al grupo municipal del PP.

Cuando Cirer dejó el cargo de portavoz del PP y fue ocupado por el exconcejal Ralfel Durán, también mantuvo la imagen, al igual que Julio Martínez, quien ayer fue el encargado de bajarlo en persona a la planta noble para colocarlo en una esquina del despacho del alcalde, justo detrás de su mesa de trabajo.

El crucifijo no fue el único elemento religioso que ocupó parte de la mañana de ayer en Cort, coincidiendo con la primera reunión del equipo de gobierno ya que el concejal del PSM-IV-ExM Antoni Noguera se encontró con unos escapularios en uno de los cajones de una mesa ocupada por el antiguo grupo municipal de UM.

Noguera entregó las imagenes al Mayordomo y también hizo llegar una a Aina Ferriol, la nueva concejala de Familia, Mayores y Educación.