Después de meses de quejas vecinales, la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado (Emaya) terminó el pasado 6 de mayo las labores de limpieza de sa Riera, acondicionando el torrente, retirando el barro y los sedimentos acumulados durante todo el invierno, así como la vegetación y los desperdicios que se habían ido agolpando en su parte más baja. Sin embargo, ahora toda esa suciedad permanece todavía acumulada en el último tramo del cauce, el situado después del puente y el principio de la calzada del Paseo Marítimo, que conecta con el Puerto de Palma, dependiente de la Autoridad Portuaria, no del Ayuntamiento. El barro, los desperdicios de todo tipo, las aguas estancadas y las altas temperaturas de estos días provocan que la zona se haya convertido no sólo en una mancha en el paisaje, sino también en un lugar que desprende malos olores. El paseo es una de las zonas más transitadas, tanto por turistas como por ciudadanos que practican deporte