La ampliación de la protección del suelo rústico de es Molinar para salvaguardarlo de la presión urbanística deberá esperar a la tramitación de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Palma (PGOU), tras haber rechazado el Consell clasificarlo como Área de Interes Paisajístico (AIP).

El ayuntamiento de Palma había presentado una alegación a la aprobación inicial de la modificación del Plan Territorial de Mallorca (PTM) con el fin de que la nueva Área de Interés Paisajístico (AIP) que se extiende por el cauce del torrente Gros desde el término municipal de Marratxí hasta su desembocadura entre es Molinar y es Coll den Rabassa, incluyera también las más de 42 hectáreas de suelo rústico aún existentes entre lo núcleos urbanos y la autopista del aeropuerto.

El Consell ha aceptado parcialmente la alegación, aunque sóloha incluido como Área de Interés Paisajístico una pequeña porción de terreno situada a ambos lados de la desembocadura. No obstante, la mayor parte del suelo rústico mantiene la misma clasificación actual.

Dada su proximidad a los núcleos de población de es Molinar y el Coll den Rabassa y al hecho de que el Plan General prevé la construcción de una nueva carretera que divide en dos la zona rústica, los vecinos temen que acabe urbanizándose, algo que se pretente evitar.

De hecho, con motivo de la aprobación de la urbanización de Son Bordoy, situada en el extremo occidental junto a es Portitxol, el Ayuntamiento adoptó hace un año un acuerdo plenario, con el voto en contra del PP, por el que se debe aumentar el grado de protección de las 42 hectáreas de terreno que aún son rústicas.

En aquel momento se propuso calificarlas como área de repoblación, lo que supondría que quedan excluidos los usos residenciales, turísticos e industriales. Urbanismo ya ha iniciado los trámites para el cambio del Plan General.

El hecho de que esta zona rural esté contemplada en el Plan Territorial como Área de Transición de Armonización (ATH) supone que, en un futuro, cuando se haya agotado el suelo incluido en las áreas de Transición de Crecimiento se podrá urbanizar. De hecho, esta calificación ya provocó los primeros movimientos especulativos en la zona poco después de la aprovación del Plan Territorial.

En 2006 Araos Balear S. L., en aquel momento con el empresario Jacinto Farrús como administrador único, adquirió 12,9 hectáreas de las fincas denominadas de Son Ferrando y Son Morlà, pegadas a Son Bordoy, por 20,8 millones, cuando su adquisición a precio de suelo rústico sin expectativas hubiera supuesto una cifra 20 veces menor, segón indican los expertos.