El derrumbe del edificio de la calle Rodríguez de Arias esquina Alós, en el que fallecieron siete personas en octubre de 2009, fue provocado por el deterioro del marés de su planta baja y, en especial, del situado en el chaflán del edificio y el que está a la altura del pilar número siete, junto a una de las ventanas del inmueble.

Los técnicos que han elaborado el informe municipal, junto al perito externo que analizó las causas del derrumbe, Salvador Juan, ratificaron la semana pasada las conclusiones de su informe ante el juzgado, que confirma que las causas del colapso se circuncriben al propio edificio y no a su entorno ni al subsuelo.

Según Salvador Juan y Catalina Frau, jefa del servicio de la Inspección Técnica de la Edificación (ITE), el edificio se derrumbó debido a "la ruptura frágil" de un elemento estructural. Estos técnicos concluyen que la pared de mares de la calle Rodríguez de Arias aguantaba más peso del que podía.

Lo pudo soportar durante cuarente años, pero el envejecimiento de los materiales y las humedades, así como la posibilidad de que se produjera algún problema en el forjado, que "puede haber contribuido a sobrecargar la pared de marés", hicieron que se desplomara sin previo aviso.

A esta conclusión se ha llegado después de la reconstrucción de la pared de la planta baja que da a la calle Rodríguez de Arias. Se comprobó que ésta soportaba una gran carga, que se concentraba en dos puntos críticos situados en el chaflán y debajo del pilar número siete. Tras calcular todo el peso del edificio incluyendo el del forjado, embaldosado, paredes y vigas, así como las sobrecargas de uso, se concluyó que los forjados del edificio trabajaban al límite. El estudio de tensiones sobre las paredes maestras fue determinante a la hora de detectar las causas y desechar otras que se habían avanzado con anterioridad, como que hubiera fallado el forjado de la planta superior.

Del estudio geotécnico de la zona, tanto en el solar como en las dos cisternas que se encontraron en el edificio, se concluyó que el terreno no fue un problema. También se hicieron pruebas del hormigón utilizado y se concluyó que era el adecuado en el momento en que se construyó el edificio. La calidad del acero empleado estaba "por encima del exigido en la época". Si bien las dos únicas viguetas enteras encontradas tienen aluminosis no se puede concluir, según los técnicos, que todo el edificio estuviera construido con este material.

Por lo que se refiere al marés, los ensayos de porosidad, densidad y resistencia dan una gran dispersión en sus resultados dado que se trata de un material natural.

Tanto los autores del informe como la concejala de Urbanismo, Yolanda Garví, insisieron en que se debe conocer como se construyó el edificio en 1958 para explicar por qué solo se desplomó el 60% y quedó en pie la parte del recibidor, la escalera, la cocina y la galería. Esta parte del edificio se construyó desde sus cimientos en 1958 , mientas que los tres pisos de la que se derrumbó estaba asentada sobre paredes de marés que confromaban la antigua planta baja de la casa.