No creo que sea exagerado decir que las dos imágenes religiosas más veneradas de Palma son el Cristo que hay en la iglesia de la Sang y la Virgen que se encuentra en la iglesia parroquial de Sant Miquel: La Mare de Déu de la Salut.

La pobreza documental no otorga con claridad un origen medieval a esta imagen de fino mármol. En cambió la tradición y la leyenda popular sí se lo conceden. Según se ha ido transmitiendo de padres a hijos durante siglos, la figura de la Mare de Déu de la Salut presidió la misa que se celebró en Salou, el día 5 de septiembre de 1229, antes de zarpar hacia la conquista de Mallorca. Debió el rey encomendarse a ella, pues, según esa misma tradición, se la llevó consigo a bordo de la galera. Estando ya en el mar mallorquín el fuerte viento hizo temer al rey por su vida y por la de los demás, por lo que pidió a la Virgen que le ayudase a salir airoso de aquella travesía. Sabemos por el libro de Els feits del rei en Jaume —obra considerada como la autobiografía del monarca— que dicha tormenta realmente sucedió y también sabemos por el propio rey que se encomendó a la Virgen, aunque, eso sí, en ningún momento hace mención alguna a la existencia de una imagen o escultura abordo: "E vos, Mare de Déu, que sots pont e pas dels pecadors, prec-vos per les set alegries e per les set dolors que hagués del vostre car fill, que us membre de mi en pregar al vostre car fill que ell m´estorça d´esta pena e d´aquest perill en què jo só, e aquells qui van ab mi". Esta misma tradición se tiene documentada en los Gozos populares del siglo XVIII: "En la conquista vinguereu/per Capitana i Patrona…" y en muchos otros versos y escritos. Ahora bien, haciendo un análisis formal de la imagen de Virgen de la Salud, el historiador del arte no duda en datarla con una antigüedad que se remonta, como mucho, al siglo XV. El recordado Baltasar Coll va más allá y propone que la factura de esta Virgen se debe a un taller siciliano del 1500. Además, hay otra figura que disputa ser la Virgen que desembarcó con Jaime I. En la catedral de Palma se halla Nostra Senyora de la Grada, una Virgen entronizada con el Niño Jesús. Dicha imagen presidió el primer templo catedralicio, es decir, la antigua mezquita cristianizada, hasta que fue substituida por la Virgen-Sagrario de finales del siglo XIV que presidió el retablo gótico. En ese momento la imatge antiga de la Verge Maria fue trasladada a una capilla lateral. A pesar que esta imagen sufrió durante el siglo XVI una restauración poco acertada —se le cambiaron la cabeza y las manos— todavía pueden observarse las armas de los reyes de Aragón (los palos rojos y dorados) en la parte posterior del respaldo del trono, a la manera de las Marededeu románicas catalanas. El que dicha imagen esté blasonada con las armas del rey nos permite afirmar que, ésta, es fruto de una donación real. Por ello, no sería aventurado pensar que fue Nostra Senyora de la Grada la imagen mariana que cruzó el mar con el monarca, sino fuese por que la especialista Joana Mª Palou la data hacia el año 1265, fecha posterior a la Conquista.

Sea lo que fuere, lo cierto es que para los mallorquines la Mare de Déu de la Salut, y no otra, es la imagen que acompañó al rey En Jaume. Este hecho explica el protagonismo que ha tenido esta Virgen en la Fiesta de l´Estendard, celebración que recuerda solemnemente la conquista catalana de Madia Mayurqa. Entre los actos de esta antigua conmemoración, tiene lugar una misa en la iglesia de San Miguel. Una vez finalizada la Eucaristía, los fieles —encabezados solemnemente por los maceros de la Sala y las autoridades— se dirigen a la capilla de la Virgen para cantarle una Salve. No en balde se la considera patrona menor de la ciudad.

Esta capilla se construyó en 1649, momento en que la Virgen gozó de gran popularidad entre la población debido a su intercesión ante las epidemias y la peste. Precisamente fue durante el siglo XVII que la Virgen fue conocida bajo la advocación de la Salud. La capilla, cubierta por una cúpula con linterna, está presidida por la imagen de Nuestra Señora. En sus paredes laterales se hallan dos grandes cuadros cuya temática refiere a la travesía del rey En Jaume y a su posterior donación a la iglesia, respectivamente. En uno de esos cuadros se puede leer: "Partinsa el Rey Don Jaume de Mallorca per Aragó feu donasió de este Santa Figura, en esta parroquial esgléia de Sant Miquel: en poder de Alexandro Jolit, notari de Barcelona lo any 1231: 2 anys de le conquista de este Reyna". No son pocos los eruditos e historiadores que han buscado con ahínco esta donación en poder del notario Jolit, pero jamás se ha encontrado.

A raíz de la coronación de la Virgen a principios de los años treinta del siglo XX, Maria Antònia Salvà puso letra al himno, letra que recoge la tradición y el sentir de los mallorquines hacia la Virgen: "… Del Rei En Jaume foreu guia/i en el combat son fort escut,/Reina del cel, Santa Maria, Mare de Déu de la Salut…"

(*) Cronista oficial de Palma.